Especialistas cubanos alertaron en Santiago de Cuba acerca del
impacto de la violencia en el seno de la familia, sobre todo en los
niños y adolescentes, quienes en no pocas ocasiones se convierten en
víctimas del maltrato.
La violencia no es solo agredir físicamente a otra persona,
aseguró a la AIN la doctora Ana Guisantes, jefa del Grupo
Adolescencia y Salud en Santiago de Cuba, también es un acto
violento cuando los padres dejan de hablar a sus hijos o los privan
del sustento económico, alimentario y afectivo.
El daño psicológico que ocasionan estas acciones a los pequeños
suele dejar secuelas para toda la vida, lo cual repercute en la
inestabilidad emocional y de concentración, rechazo a los estudios y
deserción, además de conductas inadecuadas en detrimento de los
buenos modales y la armonía de la sociedad, enfatizó la psicóloga.
Profesionales de la Salud Pública, de los Ministerios de Justicia
y del Interior, y de organizaciones políticas y de masas
compartieron criterios y soluciones para contribuir a la disminución
de este problema en la familia, con la práctica de sus funciones
directamente en las comunidades.
Leyes y decretos que protegen a los ciudadanos víctimas de este
problema social, especialmente a los niños, y la necesidad de
ampliar los espacios de difusión sobre temas referidos al amparo
legal, fueron cuestiones medulares abordadas durante el intercambio.
Magalys Rodríguez, Coordinadora Regional del Proyecto de
Divulgación de los Derechos de la Niñez y la Adolescencia en el
oriente cubano, destacó que más de 20 instituciones trabajan en la
amplificación de cuanto se hace en Cuba por respetar los derechos de
la infancia.
Las pretensiones son las de sensibilizar conductas en el quehacer
de los médicos, juristas, comunicadores sociales, representantes del
orden interior, entre otros, que refuercen el respeto y la
protección a los niños y adolescentes en Cuba, desde que comienza la
vida en el vientre de sus madres, señaló.