El control sistemático debe convertirse en una herramienta
fundamental de dirección para cada funcionario de las instituciones
estatales en la búsqueda por perfeccionar métodos y estilos de
trabajo. Los resquicios en tal sentido continúan siendo
innumerables, así lo demostró la V Comprobación Nacional de Control
Interno realizada recientemente en el país.
Más allá de cifras y evaluaciones, la principal reflexión debe
girar en torno a los porqué de las insuficiencias detectadas en las
auditorías. Las deficiencias encontradas en muchas entidades
demuestran que se ha trabajado con poco rigor y muy
superficialmente, obviando procedimientos esenciales que de ponerse
en práctica correctamente evitarían la existencia de condiciones
propicias para la ocurrencia de hechos delictivos, así como
contribuirían a poner coto a la corrupción y las ilegalidades.
En muchos lugares llaman la atención el descontrol administrativo
y contable; la falta de asesoramiento profesional e inconsecuencia
con la aplicación del plan de prevención.
Durante las valoraciones del resumen en la provincia de
Cienfuegos, Gladys Bejerano Portela, Contralora General de la
República, llamaba la atención sobre la necesidad de ver el control
como un medio fundamental para que cada entidad desarrolle sus
actividades con orden, disciplina y organización, lo cual se traduce
en mayor eficiencia.
Otras experiencias negativas que salieron a la palestra están
asociadas al exceso de confianza de algunos directivos en cuanto a
los problemas de sus centros, pues no siempre profundizan en las
causas. Mientras, para otros, todavía el control interno no es una
prioridad, y solo ven su arista económica, sin la integralidad e
interrelación que necesariamente debe existir entre el orden
financiero y administrativo.
Uno de los problemas que tiene el país, a juicio de Gladys
Bejerano, es el irrespeto a las normas legales. Lo más común cuando
se cometen violaciones de ese tipo resulta el desconocimiento y poco
trabajo con lo legislado. Los directivos no emplean los documentos
que norman o reglamentan las funciones de su entidad.
Aun cuando muchos consideran que la comprobación se circunscribe
solo a los días en los cuales se realizó el control, su ejecución ha
sido el inicio de un largo proceso de evaluación, de modo que a
partir de ahora se impone —para auditados o no—, profundizar en las
causas, dónde estuvieron las brechas y determinar lo que a cada cual
le toca cumplir y así, de cara al futuro, ordenar tanto la
responsabilidad individual como colectiva.
Más allá de la voluntad, el país también necesita acciones
sistemáticas y perdurables por parte de los directivos. Quienes
tienen en sus manos los recursos del Estado están obligados a
cumplir con la sagrada misión de preservarlos y emplearlos en
beneficio de la sociedad.