Inconcebible el hecho de que la tricampeona Alemania, selección que junto a Brasil ostenta siete finales disputadas en Copas del Mundo, tomara el viaje de regreso a casa tras la fase de grupo.

Eso estuvo a punto de suceder ayer, pues hasta el minuto 60 de su partido frente a Ghana, los teutones respiraron entrecortado: el empate a cero no les servía para avistar los octavos de final y por segunda ocasión en la historia abandonarían la magna competición sin calentar motores.

Para beneplácito de los millones de alemanes amantes del más universal, el volante del Werder Bremen, Mesut Ozil, sacó un zurdazo prodigioso y rescató del olvido a su armada.

Mesut Ozil, uno de los legionarios alemanes, los salvó de la eliminación.

Afloró entonces el criterio del técnico Joachim Low en el 2006, cuando al tomar las riendas del plantel declaró convencido: "Creo que tenemos una generación de jugadores que puede convertirse en la generación de oro". Efectivamente, después de un comienzo un poco abrupto, su conjunto culminó segundo en la Eurocopa 2008.

Acertado Low, que si bien cuando jugaba profesional de la segunda división germana no rebasaba la media, como entrenador ha cosechado dos títulos nacionales; y desde el puesto de mentor de la selección nacional, ha sido el más exitoso.

El mote de Jogi, como le llaman desde que era adolescente, le queda como anillo al dedo, pues la tranquilidad que emana de Low, parece más propia de un maestro de yoga que de un jugador de fútbol. Claro que ese grupo de portentos con que cuenta se asemeja a una legión multicultural: de los 23 convocados en la Mannschaft, 11 tienen raíces foráneas. Paradójicamente hasta el momento, sostienen sobre sus hombros el accionar de la selección.

De los cinco goles anotados por los tanques, cuatro pertenecen a los legionarios: los polacos Podolski y Klose, el brasileño Cacau y el turco Mesut Ozil, protagonista de su clasificación. El "Messi" alemán, como le llaman a este último, desciende de turcos, y prefirió jugar por Alemania, país en el cual se formó vistiendo el uniforme del Schalke 04. A sus 21 años de edad, Ozil deslumbra con su pierna izquierda. Posee velocidad, regate, y la precisión de un 10 a la hora de asistir el último pase previo al gol. Además, mostró su excelente visión de la cancha en el debut ante Australia.

Ayer, en medio de un juego parejo en el cual las estrellas negras se plantaron de tú por tú en la cancha, sacudió el polvo a su once con la perforación victoriosa. En el otro costado, a pesar de salir cabizbajos del estadio Soccer City, de Johannesburgo, Ghana preservó el orgullo africano y avanzó a la siguiente ronda.

Veremos si en octavos ante Inglaterra, uno de sus más enconados rivales, puede brillar él o algún otro de los legionarios. Hurgando en la historia reapareció el recuerdo de la final del Mundial de 1966, ganada por los británicos 4-2, Hat Trick incluido de Geoffrey Hurst, en el tiempo extra, tras el abrazo a dos del reglamentario. ¿Acaso nos regalarán otro partidazo?

Electrizante el triunfo de Estados Unidos, que lo convirtió en el cuarto equipo de América en avanzar a octavos de final, dando fe del elevado nivel futbolístico del continente.

Incombustibles, enérgicos, a lo Mannschaft, esa fue su imagen ante Argelia, amén de su agónico triunfo de 1-0 en tiempo de descuento.

Sí, agónico, pues además de sus rivales en cancha se les antojó enemigo el dios Cronos. Sobre sus cuerpos y mentes la batalla interna de quebrar el abrazo ante los argelinos, con lo que estarían diciendo adiós a Sudáfrica.

Ante tal situación no podía ser otro que el tres veces mundialista Landon Donovan quien protagonizara el resurgir norteño.

Corría el minuto dos de la reposición, arrancó con el hálito de combustible que le quedaba en el tanque y filtró un balón marca registrada de gol para Jozy Altidore, quien fulminó de derecha. Otra vez se luciría Rais, pero en el rebote una exhalación atravesó el corazón del área y sentenció el encuentro. ¿Quién? Precisamente Donovan, amuleto, bujía o Ave Fénix de su conjunto, cambiándoles la cara de golpe: de la eliminación a primeros de la llave C.

Inglaterra, verdugo 1-0 de Eslovenia y aún carente de goles, le hará la segunda a los norteños en octavos, pero de seguir así nadie podrá salvarlos del adiós ante los teutones.