Las primeras 20 fincas de los alrededores de la ciudad de Ciego
de Ávila que estaban ociosas, fueron declaradas listas para la
producción de alimentos por el Grupo Nacional de la Agricultura
Urbana y Suburbana.
Este aval fue conferido tras un proceso iniciado en enero pasado,
cuando se oficializó la nueva modalidad agropecuaria en terrenos
improductivos que circundan a 17 cabeceras municipales del país,
reporta la AIN.
Julio César García Paneque, dirigente de la Agricultura aquí,
expresó que las haciendas certificadas cumplen los requisitos, tales
como estar libres de marabú y otras malezas, cercadas, cultivadas, y
tener bueyes, carretones e implementos para la tracción animal.
La mayoría de los labriegos son usufructuarios que trabajan de
forma familiar, quienes acometen además los 30 subprogramas fijados
para la agricultura suburbana, en los que se incluyen viandas,
frutales, granos, tubérculos, hortalizas, alimento animal y abonos
naturales.
Entre los nuevos "finqueros" sobresalen las familias Reina, San
Juan y Rosario, al tener sembradas la totalidad de sus parcelas,
agregó García Paneque.
Dijo que otras 235 fincas próximas a la urbe están en proceso
para obtener la condición de listas, mediante un programa enfilado a
dar repuesta al compromiso con la Revolución y el pueblo en la
producción de alimentos.
Con materiales metálicos rescatados, la Empresa de Talleres
Agropecuarios del territorio fabrica carretones para su empleo en el
traslado de nutrientes del campo hasta los puntos de venta, indicó
Ulises Pérez Correa, subdelegado de la Agricultura.
El municipio de Ciego de Ávila dispone de unas cinco mil
hectáreas que aún están improductivas o deficientemente
aprovechadas, en suelos llanos, cercanos a la capital provincial y
con abundante capacidad de agua subterránea.