Trinidad y Tobago apuesta por una mujer como
primera ministra

Olga Díaz Ruiz

A un paso de la desembocadura del río Orinoco, junto a la costa nororiental de Venezuela, y separadas del bloque continental sudamericano por el golfo de Paria, emergen las islas de Trinidad y Tobago, con una superficie que apenas sobrepasa los 5 000 kilómetros cuadrados con 1,3 millones de habitantes.

Kamla Persad-Bissessar cuando resultó elegida al frente de las dos islas caribeñas.

Su capital Puerto España, que es además la mayor ciudad del pequeño paraíso turístico avistado por Cristóbal Colón en 1498, ocupó por estos días los titulares de los medios de prensa para dar cobertura a las elecciones generales del archipiélago, que por primera vez inviste a una mujer como primera ministra.

Kamla Persad-Bissessar, de 58 años, es el nombre en boca de todos desde que su coalición, integrada por el Congreso Nacional Unido, el Congreso del Pueblo y la Organización del Pueblo de Tobago, venció por un amplio margen al Movimiento Nacional Popular al ganar 29 de los 41 escaños de la Cámara de Representantes.

De la alianza gobernante, el Congreso Nacional Unido logró 21 puestos, el Congreso del Pueblo seis y la Organización del Pueblo de Tobago dos, mientras el saliente Movimiento Nacional Popular, ahora en la bancada opositora, retuvo los restantes 12 asientos.

Dos días después de conocerse los resultados de los comicios —que contaron con una participación popular del 60% según las primeras estimaciones—, en el edificio Knowsley, sede de la Cancillería local, la nueva jefa de Gobierno tomó juramento de su cargo y posesionó a los 25 miembros del gabinete, que la acompañarán en la conducción de la nación caribeña durante los próximos cinco años.

"Respetaré la Constitución y la ley. Cumpliré consciente, imparcialmente y de la mejor manera posible mis deberes como primera ministra y haré lo correcto para todo el pueblo sin temores o favores, preferencias o rencores", declaró Persad-Bissessar en la ceremonia de investidura acompañada por el presidente George Maxwell Richards.

"Nuestro desafío es mantenernos unidos", sentenció, para poner desde bien temprano los puntos sobre las íes. Y aprovechó además para dejar en claro las características de su gobierno, durante el cual advirtió que exigirá a los miembros del recién conformado gabinete trabajar con profesionalidad, eficiencia y transparencia por el progreso económico y social de las islas, sin atender a intereses individuales.

La fortaleza política de la nueva líder le ha permitido ocupar el puesto de fiscal general de su país, nunca antes en manos de una mujer, las carteras de Justicia y Educación y el cargo de jefe de Gobierno en funciones en el 2000, antes de ser abanderada como la primera fémina en asumir el poder en la historia de la ex colonia británica.

En este caso, la principal arma de Persad-Bissessar para hacerse de la victoria en las urnas frente al ex primer ministro Patrick Manning, de 64 años —que ostentó el liderazgo político del país del 1991-1995 y nuevamente entre el 2001 y el 2010—, fue su sorprendente labor para aliar las fuerzas opositoras en la actual coalición gobernante.

Además, la premier trinitaria ha declarado que su programa de gobierno está enfocado en la lucha contra el crimen, la violencia y la corrupción, así como en obtener mejoras concretas en la salud y la gobernabilidad, proyectos que le ganaron desde bien temprano el apoyo del pueblo.

De esta forma, las cartas están sobre la mesa. Para Trinidad y Tobago comienza una nueva etapa en su historia política al votar por primera vez a una mujer como primera ministra. Persad-Bissessar asume esa responsabilidad contando a su favor con el respaldo de las masas y con una amplia y ventajosa presencia de los miembros de su partido en el Congreso. Solo resta esperar.

 

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