La agricultura en la provincia de Camagüey emplea el cultivo
tapado en casi 17 hectáreas, a fin de cosechar en meses de elevadas
temperaturas ambientales algunas variedades de hortalizas propias de
la temporada invernal.
Enormes mallas sirven de sombrilla a los sembrados y posibilitan
una reducción de cerca de la tercera parte de la radiación solar de
mayo a septiembre, creando un ambiente propicio para el desarrollo
de plantas como tomate, zanahoria, lechuga, acelga, melón, pepino y
pimiento.
Ricardo Morell, jefe del Departamento de Ciencia y Técnica en la
delegación del Ministerio de la Agricultura (MINAG), dijo a la AIN
que la cubierta es una de las acciones dirigidas a adecuar la
explotación agrícola a los efectos del cambio climático.
Además, constituye un avance en el propósito de elevar la
producción de esos alimentos en cualquier época del año.
El uso de esta tecnología tiene dos variantes, la de cultivo
protegido y la de semiprotegido.
En la primera la malla cubre toda el área de siembra, incluido
los laterales, mientras en la otra es sólo la parte de arriba.
Benito Vega, especialista del MINAG, explicó que se trabaja en la
recuperación de poco más de hectárea y media de las llamadas casas
de cultivo protegido, dañadas por los huracanes de 2008 cuando no
pudieron ser desmontadas.
Las cosechas en esas instalaciones, que durante el actual año
ascendieron a unas 200 toneladas, se destinan al servicio del
turismo, a fin de aprovechar parte de los ingresos en el
mantenimiento de la infraestructura y en la adquisición de insumos
para los plantíos.
Guillermo Rivera, también del MINAG, señaló que el semiprotegido
se desarrolla en organopónicos del movimiento de la agricultura
urbana, con más de 500 toneladas de productos recolectados en 2010.
ctualmente se trabaja por crear condiciones de cultivo tapado en
otras dos superficies en uso agrícola.