Las lluvias de los últimos días fueron aprovechadas por los
forestales de la provincia cubana de Las Tunas, para iniciar la
siembra de las cerca de cinco mil hectáreas de árboles que deberán
plantar este año.
El programa de reforestación se extenderá hasta octubre, mes en
que concluye en Cuba el período lluvioso, y contempla también
brindar atenciones culturales a unas 400 hectáreas de regeneración
natural, explicó a la AIN el ingeniero Pablo Avila, director del
Servicio Estatal Forestal (SEF) en el territorio.
Ambos propósitos son esenciales para la provincia tunera, ubicada
a unos 670 kilómetros al este de La Habana, debido a que es una de
las más deforestadas de la Isla, con apenas un 14,35 por ciento de
su superficie cubierta de bosques.
Ello influye, entre otros aspectos, en que sea al propio tiempo
el territorio de menor promedio de precipitaciones en el país, con
sólo poco más de mil milímetros por año.
A mediano plazo, la provincia labora con el fin de dejar
establecidas anualmente unas cuatro mil 500 hectáreas de bosques,
para llegar en 2015 al 18,4 por ciento de su área total cubierta con
árboles.
En los planes de siembra se priorizan especies preciosas como la
caoba, cedro, baría, majagua y otras de amplio uso y de alto valor
comercial, dijo a la AIN el ingeniero Sergio Sánchez, un
especialista forestal con muchos años de experiencia.
El esfuerzo de los forestales tuneros forma parte del que se
realiza en toda Cuba para elevar los índices de boscosidad, lo que
no sólo es beneficioso para la economía, sino también para preservar
el ecosistema.
Ese empeño ha propiciado revertir la situación que presentaba la
nación al triunfar la Revolución, pues la tala indiscriminada en las
primeras décadas del pasado siglo ocasionó que en 1959 la Isla
sólo tuviera cubierta de bosques el 14 por ciento de su superficie,
y hoy registra ya más del 25 por ciento y trabaja para llegar a
cerca del 30 en 2015.