PARIS, 31 de mayo.— Bill Clinton ganó las elecciones presidenciales
de Estados Unidos en 1992 con la famosa frase de campaña "es la
economía, estúpido". Ahora, cuando se trata del futuro del euro, el
eslogan más apropiado parecería ser "es la política, estúpido".
Y es que desde su creación, la moneda única europea ha sido
siempre un proyecto tan político como económico.
El euro se ha visto sometido a los ataques de los mercados
financieros este año debido a los problemas de deuda y déficit de
los miembros de la periferia de la zona euro, especialmente Grecia,
España y Portugal, así como por los crecientes desequilibrios
económicos entre sus 16 países.
Pero la historia de la década de 1990 muestra que los
inversionistas que apuestan contra la unión monetaria europea
podrían perder.
Aunque los errores políticos podrían revertir la unión monetaria
creada hace once años, es mucho más probable que el liderazgo
franco-alemán salve el proyecto.
"Si el euro fracasa, no solo la moneda fracasa. Europa fracasa
también, así como la idea de unificación europea", dijo la canciller
alemana, Angela Merkel, en un discurso del 13 de mayo. "Esta es una
prueba existencial. Debe ser superada", afirmó.
Del mismo modo, la voluntad política de París para hacer todo lo
que esté a su alcance para apuntalar al euro parece inquebrantable.
El presidente Nicolas Sarkozy puede haber estado impaciente por
la lentitud con la que reaccionó Merkel durante la crisis, y estaría
también dispuesto a reclamar todo el crédito político del enorme
paquete de rescate para Grecia y toda la zona euro.
Pero el mandatario ha mostrado un apoyo concreto a los pedidos de
Alemania para imponer sanciones más estrictas para hacer cumplir la
disciplina presupuestaria en la zona euro, e incluso ha pedido una
enmienda constitucional como la alemana en Francia para afianzar el
compromiso con la reducción del déficit.
Durante el último mes, Grecia, Portugal, España e Italia
adoptaron recortes a los gastos públicos. Francia, por su parte,
congeló los gastos extra por tres años y está debatiendo elevar la
edad legal de retiro desde los 60 años.
El próximo paso será que los ministros de Finanzas detallen la
próxima semana cómo funcionará en la práctica el mecanismo de
estabilización por un billón de dólares. El dinero del fondo sería
entregado bajo estrictas condiciones políticas a los países de la
zona euro que no puedan obtener financiamiento en los mercados.
Sin embargo, la mayor prueba para el liderazgo político será
acordar nuevas normas para la coordinación de las políticas
económicas y fiscales. (Reuters)