Estados Unidos admitió este sábado que un ataque aéreo efectuado en Afganistán a principios de año causó la muerte a 23 civiles e hirió a 12 tras confundirlos con una caravana de insurgentes, incidente que calificaron de "lamentable error".

En un comunicado, el comandante de las fuerzas estadounidenses en el país centro asiático, general Stanley McChrystal, hace referencia a faltas operacionales en el entrenamiento, en la comunicación y en la toma de decisiones, reporta Prensa Latina.

McChrystal entregó esta semana al presidente afgano, Hamid Karzai, los resultados de la investigación y le explicó que como parte de las medidas adoptadas seis oficiales estadounidenses recibieron una reprimenda o amonestación por los errores cometidos.

El hecho ocurrido el 21 de febrero pasado en la sureña provincia de Uruzgán causó la muerte a varias mujeres y niños.

El reporte indica que los controladores de la aeronave no tripulada ignoraron o desestimaron los indicios de que la caravana podría no haber sido una fuerza enemiga.

En la operación participaron una unidad de fuerzas especiales de Estados Unidos con apoyo de la aviación y del personal a cargo de un avión no tripulado Predator.

Se trata de un tema sensible para la población afgana que con frecuencia acusa a las tropas estadounidenses de usar indiscriminadamente su poderío militar, incluso en zonas civiles.

El Pentágono insiste, sin embargo, en esas incursiones que exacerban cada vez más el sentimiento anti-estadounidense entre la población local.

El gobierno Kabul, presionado por las protestas de líderes tribales, manifestó su preocupación por la muerte de civiles en los indiscriminados ataques.

Un documento de la misión de la ONU en Afganistán señaló en fecha reciente que dos mil 412 civiles perecieron en 2009, 14 por ciento más que los dos mil 118 del 2008, de ellos el 60 por ciento fueron a causa de ataques aéreos como el de Uruzgán.