El
doctor Sergio Vidal Casali, "chileno de nacimiento y cubano de
corazón", como gustaba decir, falleció este domingo en Ciudad de La
Habana, a los 87 años de edad, víctima de un accidente vascular
encefálico. Su cadáver será cremado.
Caracterizado esencialmente por su aguda inteligencia, modestia y
laboriosidad, rehusando a cada paso cualquier homenaje o
reconocimiento en lo personal, desde 1976 el profesor Vidal se
radicó en Cuba, y durante 34 años se desempeñó ininterrumpidamente
en el actual Instituto Cubano de Oftalmología Ramón Pando Ferrer, en
esta capital.
Figura cimera de la Oftalmología, reconocido por su saber en
retina (era Asesor Principal de todo el país), fue maestro de varias
generaciones de cubanos, a los que supo legar sus profundos
conocimientos de la especialidad y, sobre todo, el magisterio de su
ejemplo de consagración y desvelos a favor de la salud visual de los
pacientes. "Era el primero en llegar y el último en partir del
Hospital", afirman sus compañeros.
Hace apenas una década, en una entrevista que le realicé, quise
conocer si estaba en sus planes regresar a Chile. "Como el trabajo
es absolutamente mi vida, indicó, ¿en qué lugar voy a sentirme mejor
que donde tengo a mi disposición todos los medios y posibilidades
para ayudar a los pacientes?"
Mi permanencia en esta Isla es indefinida, agregó entonces, para
expresar unos segundos después: "Creo que me van a enterrar en
Cuba".