Fredy García me muestra orgulloso y emocionado la pantalla de un
teléfono móvil. No ha querido borrar las últimas palabras, llenas de
cariño, que recibió de su amigo, el veterinario cubano Hernán López,
cuando regresó al archipiélago: la tierra renace en Petit.
Fredy
es uno de los miles de campesinos venezolanos beneficiados por la
Misión Social Agropecuaria, ideada por el presidente Hugo Rafael
Chávez, para diversificar la economía, lograr la soberanía
alimentaria y rescatar las tradiciones de los campesinos a través de
una agricultura ecológica.
A Fredy lo encontré junto a Alberto Rodríguez, el veterinario
matancero que relevó en su misión a Hernán, realizando el tacto
rectal a una de sus vacas, para cerciorarse de su preñez. Juntos
debaten sobre la inseminación artificial, tema que apasiona al
campesino venezolano, capaz de inseminar 14 vacas con solo 7
pajuelas, la norma habitual es de 2,5 pajuelas por cada vaca. Quizá
por eso Alberto ha encontrado en él, el mayor apoyo, la sincera
amistad.
"Se va uno que es bueno, pero el que le sigue es mejor todavía",
asegura Fredy con una sonrisa agradecida.
Pero Alberto no es el único que ha tenido la oportunidad de
compartir conocimientos con productores del municipio Petit.
Subiendo un poco más hacia la cima de la Sierra, en compañía del
coordinador de esta misión en el estado de Falcón, Carlos Rodríguez,
está la parroquia Curimagua, donde nació José Leonardo Chirino,
líder antiesclavista del siglo XVIII.
La vegetación es mucho más verde, a pesar de la sequía que
maltrata al país. Un grupo de técnicos e ingenieros agrónomos
comparten allí, con el venezolano Ilario Loi Chirino, el amor por
las plantas ornamentales y en general por la naturaleza toda. Para
su cuidado, y el aprovechamiento de los recursos que nos brinda,
desarrollan en conjunto técnicas agroecológicas, como los abonos
orgánicos, insecticidas naturales, mínima labranza y cultivo de
cobertura.
Siente Ilario L. Chirino que hay un antes y un después para los
agricultores del municipio Petit. Muchas cosas han cambiado para
ellos con la Revolución Bolivariana y la cooperación de los técnicos
agrónomos y veterinarios cubanos pues han reavivado conocimientos,
expectativas, lazos de amistad, y la seguridad plena de que dejarán
a sus hijos una tierra mejor, una tierra renacida.