Sra. Cristina Fernández de Kirchner, Presidenta de Argentina:
Sr. Presidente del Consejo Europeo:
Esta crisis fue pronosticada hace ya diez años. Surgió de la
especulación y la corrupción financiera, empresarial y fiscal en
Estados Unidos y Europa Occidental. Por tanto, no deben descargarse
sus efectos en América Latina y el Caribe, ni en el Tercer Mundo, ni
tampoco en los trabajadores, jubilados y pobres europeos.
La Unión Europea necesita relacionarse de otro modo con América
Latina y el Caribe. Verla como un conjunto de países independientes
con 570 millones de habitantes, una sólida cultura propia y todos
los recursos. América Latina y el Caribe ya no es el traspatio de
Estados Unidos, ni somos antiguas colonias que requieren consejo.
La crisis es global, sistémica, múltiple. Por ejemplo, mientras
discutimos, el cambio climático sigue devastando y Europa renuente a
pagar su deuda ecológica.
Coincido en la necesidad de una nueva gobernanza mundial, pero
basada en el Derecho Internacional, en la verdadera democracia y en
la justicia social.
El 56% de los seres humanos viven hoy en la pobreza. No existe un
mundo multipolar, ni la llamada comunidad global. El
multilateralismo es todavía ficticio. Hoy tenemos una gobernanza
global dictatorial basada en la dominación, la hegemonía, el doble
rasero y la hipocresía.
Basta leer la doctrina de la OTAN o mirar al redespliegue militar
de Estados Unidos en América Latina y el Caribe o al golpe militar
en Honduras. El G-20 tampoco nos representa a los demás. No existe
tampoco aquella soñada "asociación birregional".
Habría que evitar que la crisis acentúe la naturaleza distinta de
la Unión Europea y América Latina y el Caribe. La expoliación
colonial y el saqueo capitalista convirtieron a Europa en acreedora
y a América Latina y el Caribe en deudora. Es así hasta hoy, aunque
hemos pagado la deuda varias veces. Todo sigue igual, aunque se le
disimule en el libre comercio. Por eso, hay que salir de Bretton
Woods y construir una nueva arquitectura financiera.
En tiempo de crisis, en particular, debe imperar el Derecho
Internacional y ejercerse la igualdad soberana y la independencia
política de los Estados.
Debe impedirse el uso de la amenaza y de la fuerza. El mercado no
resolverá la crisis global ni el cambio climático. El mundo necesita
primero, un nuevo orden político y luego, decisiones económicas
estructurales.
Cuba seguirá defendiendo la verdad y la razón. Su gobierno solo
se debe a los cubanos, y a los pueblos de Nuestra América,
bolivariana y martiana.