El movimiento opositor tailandés Camisas Rojas aceptó la
mediación del vocero del Senado, Prasobsuk Boondej, para negociar
con el gobierno un cese al fuego en Bangkok, reporta Prensa Latina.
Desde el feudo opositor en Ratchaprasong, el activista Nattawut
Saikua confirmó el deseo de terminar con el derramamiento de sangre
y la voluntad de sostener una nueva ronda de conversaciones con el
gobierno.
Anteriores iniciativas de paz fueron saboteadas indistintamente
por la intransigencia de ambas partes, pero la violencia ya es
excesiva, con 38 muertos y 200 heridos en apenas cuatro días.
La coalición de gobierno que encabeza el primer ministro Abhisit
Vejjajiva también aceptó la mediación de Prasobsuk, pero de nuevo
exigió el fin de las protestas y la dispersión de los opositores.
Tal condición atenta contra esta nueva esperanza de paz, porque
los manifestantes advirtieron que solo abandonarán sus protestas
cuando sea arrestado el viceprimer ministro Suthep Thaugsuban, a
quien acusan de ordenar la masacre del 10 de abril.
Miles de Camisas Rojas, entre ellos cientos de mujeres y niños,
permanecen en Ratchaprasong, desafiando el ultimátum oficial y
encarando el desalojo violento prometido por el Ejército.
Las tropas asedian el corazón comercial de Bangkok, rodeado a su
vez por barricadas improvisadas con neumáticos y estacas afiladas,
protegidas con cócteles molotov y cohetes artesanales.