José María Aznar ha sido protagonista de una nueva bufonada
anticubana en Madrid, fiel a su odio visceral hacia la Revolución,
en otro capítulo más de su sometimiento sin límites a la política
más retrograda del imperialismo norteamericano.
Pues bien, la noticia la reporta la agencia EFE, que señala que
el ex presidente del Gobierno, José María Aznar, ha asegurado que si
se cambia la Posición Común de la Unión Europea (UE) respecto a
Cuba, como a su juicio pretenderá el Ejecutivo español dentro de
pocas semanas, la Unión será nada menos que "cómplice de los abusos,
de la represión y del terror" de la dictadura de los hermanos
Castro.
Reseña la agencia que Aznar ha pronunciado estas palabras durante
el acto que la Fundación de Análisis y Estudios Sociales (FAES), que
él preside, ha organizado en Madrid coincidiendo con la celebración
de la Cumbre UE-América Latina, algo que "no es casual", como ha
reconocido el propio ex presidente del Gobierno.
Habría que preguntarle al caballerito del bigotito tipo Führer a
cuánto ascienden sus honorarios esta vez por tanta impudicia
anticubana, la misma que no deja de repetir en cuanto espacio le
ofrecen en sus frecuentes recorridos por Estados Unidos y Europa.
Debo entender que aún Aznar no tiene suficientes méritos para
obtener de una vez por todas la Medalla de Oro del Congreso
norteamericano, la misma que le negó, a pesar de haber dilapidado
una millonaria suma del contribuyente español en lobby en los
pasillos del Capitolio de Washington.
Más que dar lecciones, que no le corresponden, bien haría Aznar
en ocuparse del grave caso de corrupción Gürtel, la red de
corrupción más extensa en esa nación europea vinculada a un partido
político y que ha tocado de lleno al núcleo fuerte de su Partido
Popular. De eso nada ha dicho el ex presidente "popular".
En el mundo, al señor del bigotico se le recuerda no precisamente
como un estadista de altura, más bien se le asocia como compinche de
W. Bush y Tony Blair en el conciliábulo de las Azores, que determinó
de-sencadenar la impopular guerra contra Iraq en busca de unas
inexistentes armas de destrucción masiva.
Por supuesto que Aznar nada ha dicho de los vuelos secretos de la
CIA por Europa, de las torturas contra los iraquíes y contra los
reclusos de la prisión de la ilegal Base Naval de Guantánamo. Nada
que afecte su expediente entreguista ante la extrema derecha
norteamericana y la de origen cubano de Miami, que bien ha sabido
llenar sus bolsillos de buenas monedas de oro.
Como dijera nuestro canciller Bruno Rodríguez Parrilla, al
comentar esta nueva andanada anticubana del triste caballerito: "da
pena y da risa" su nuevo show. (Juan Diego Nusa Peñalver)