La muerte de dos policías revivió la tensión en Tailandia,
parcialmente disipada tras una semana marcada por una propuesta de
reconciliación nacional para acabar con ocho semanas de protestas
antigubernamentales, reporta Prensa Latina.
El primer policía murió cuando su posta, cerca del feudo opositor
de Ratchaprasong, fue atacada con una granada, en tanto el otro cayó
víctima de disparos anónimos en el distrito comercial de Silom.
El movimiento opositor Camisas Rojas negó estar involucrado en
los ataques y ratificó su disposición a sumarse a la llamada Hoja de
Ruta, rechazada empero por la elite oficialista Camisas Amarillas.
"Al parecer hay quienes quieren que las protestas sigan", estimó
el vocero gubernamental Panitan Wattanayagorn, aunque sin acusar a
nadie de las agresiones que dejaron además 13 heridos.
Ambos bandos descartan que este incidente afecte la negociación,
pero saben que el hecho desestabiliza aún más a Bangkok, donde las
protestas dejaron 29 muertos, mil heridos y millonarias pérdidas
económicas.
Tanto Ratchaprasong como Silom se encuentran en estado de sitio
desde que los Camisas Rojas los ocuparon hace varias semanas para
reclamar la renuncia del primer ministro, Abhisiti Vejjajiva, la
disolución del Parlamento y la convocatoria de nuevas elecciones.
A mediados de semana, el acosado Abhisit propuso unas elecciones
anticipadas el próximo 14 de noviembre si terminaban las protestas y
la monarquía era mantenida al margen de todo cuestionamiento.
Los Camisas Rojas aceptaron la propuesta, pero se negaron a salir
de su bastión, como exige Abhisit, hasta que el gobernante fije una
fecha exacta para la disolución del Parlamento.
Según la Constitución, la disolución del órgano legislativo debe
realizarse de 45 a 60 días previos a los comicios, o sea, en
septiembre, pero los opositores quieren la palabra de Abhisit.
El pacto parecía complacer a todos, pero los Camisas Amarillas,
la poderosa elite pro monárquica y oficialista en teoría, tildan al
primer ministro de blando, exigen su renuncia y que anule las
elecciones anticipadas.
Los Camisas Rojas, en su mayoría campesinos, son partidarios del
fugitivo Thaksin Shinawatra, primer ministro depuesto en 2006 por un
golpe de Estado fraguado por los Amarillos, quienes hace dos años
bloquearon durante una semana el aeropuerto de Bangkok.