Son exóticas y hasta enigmáticas pero muy apreciadas en Francia y
Europa, como la impronta del artista plástico cubano Arturo Montoto
en su sinfonía pictórica de frutas tropicales del Acqua de París.
Una exposición en la galería Intemporel de la Ciudad Luz signada
de cierta manera por la naturaleza: las cenizas volcánicas que
impidieron inaugurar antes la muestra, la inusual fría primavera y
el desenfado de la abstracción a partir de frutos.
Acqua, el bautizo de 30 obras en acuarela impregnadas de colores
vivos y detalles sugerentes, tuvo su noche de gala para el detalle
del protocolo, aunque desde el 24 de abril ya revela la pasión del
pintor, oriundo de la occidental provincia cubana de Pinar del Río.
Me tomó algún tiempo decidirme por una temática y finalmente
escogí las frutas tropicales, que son exquisitas y variadas, y para
que fuesen mejor entendidas por los cubanos. En el placer de la
degustación, en su visualidad y realismo, dijo a Prensa Latina.
Artistas, intelectuales y diplomáticos aprovecharon la
oportunidad para apreciar de forma relajada las obras de Montoto, en
una sala de blancas paredes que permiten resaltar aún más la
policromía de las acuarelas.
En el 37 de la rue Quincampoix, a pocos metros del Centro George
Pompidou de Arte y Cultura se ubica la galería de Laurence Choko, al
lado de muchas otras en una zona donde se respira pintura y está
presente la mística de las calles empedradas de París. Frutas y
objetos con aires sugerentes subrayan el paso o la mano del hombre.
Aunque el pintor y también escultor cubano prefiere dejar al libre
albedrío las interpretaciones, son tangibles los mensajes de
sensualidad y goce de sus cuadros.
También pudieran integrarse aproximaciones sociales, la mezcla
armoniosa de las razas, el abandono, la soledad y hasta las
imperfecciones humanas, pero como bien recalcó Montoto, son momentos
que responden a su quehacer de frutas en ambiente de ciudad.
Master de Fine Arts en Pintura Mural de Moscú y 16 años
consagrados al estudio y la especialización, no esconde cierta
obsesión por los objetos y admite que por ahora los prefiere en su
concepto abstracto, cargado de nostalgias y muy expresionista.
Una soirée con la presencia de los embajadores de Cuba ante
Francia, Orlando Requeijo, y en la UNESCO, Mary Florez, para
confirmar la excelente salud de la plástica de la Isla, y de la
maestría de Montoto.