Mompié, el del alto

Rodolfo Hernández Formoso y Tania Mayelín Sierra Darboys

La Guerra de Liberación Nacional, acaecida en Cuba entre 1956 y 1959, está saturada de acontecimientos de gran significación. Uno de ellos es la Reunión del Alto de Mompié, ocurrida el 3 de mayo de 1958, a la que, además de otros autores, se refiere el Guerrillero Heroico, en su libro Pasajes de la Guerra Revolucionaria, en un artículo titulado: "Una reunión decisiva". En ella participaron, entre otros Fidel, el Che, René Ramos Latour, Faustino Pérez, Vilma Espín, Celia Sánchez, y Haydée Santamaría.

De los acuerdos tomados entonces sobresalieron: la reestructuración de la Dirección Nacional del Movimiento 26 de Julio; la designación de Fidel como Secretario General del Movimiento 26 de Julio y Comandante en Jefe de todas las fuerzas, incluidas las milicias; el cambio de nombre de Ejército Revolucionario del Movimiento 26 de Julio por el de Ejército Rebelde; los aparatos de dirección del Movimiento, en los diferentes territorios, se subordinarían a los jefes militares rebeldes, en las zonas y los frentes donde estos operasen; la reubicación de varios cuadros del Movimiento 26 de julio; mantener la línea de la lucha armada, extendiendo la guerra hacia otras regiones; Radio Rebelde sería el órgano de información principal del Movimiento; los obreros debían unirse en torno al Frente Obrero Nacional.

Sin embargo, a pesar de que varias generaciones de cubanos hemos escuchado el nombre de Mompié, en las clases de Historia, pocos sabemos porqué llaman así a aquel lugar de la Sierra Maestra, en el actual municipio de Bartolomé Masó, cerca de la comandancia de Fidel en La Plata,

Sentado junto a Ramona, su esposa, en su casa del poblado de Pueblo Nuevo, en el municipio habanero de Caimito, le preguntamos el nombre completo a este hombre de ya casi 90 años. Me llamo Osvaldo Mompié.

¿Sin otro apellido?

Sin otro apellido. En mi carné aparece un solo apellido.

Nació en Niquero, el 3 de octubre de 1920, pero "veo y oigo bien. Camino con facilidad; incluso, subo y bajo escaleras. Atiendo los animales y hago lo que haga falta", nos dice.

¿Cómo transcurrió su infancia y juventud?

La primera parte de mi vida la viví en Las Delicias, eso pertenece a Media Luna. Allí tuve que trabajar desde niño. Trabajaba en lo que apareciera, por tan solo diez centavos. En esa época conocí a Celia Sánchez, éramos niños los dos. Yo iba a su casa todas las semanas —los sábados— a llevarle viandas, animales (gallinas, puercos... ). Su trato conmigo siempre fue muy bueno y respetuoso.

¿Cuándo comenzó a vivir en el Alto de Mompié?

En 1954, dos años y medio antes de que Fidel llegara a esa zona.

¿Es el Alto de Mompié o los Altos de Mompié?

Se llama el Alto de Mompié. Cuando llegaron los rebeldes, la única casa que había allí era la mía; entonces Fidel empezó a llamarle el Alto de Mompié y así se quedó. Antes tuvo otro nombre, Pinar Quemado. Allí había ocurrido un incendio hacía algunos años y esa es una zona donde había muchos pinos; entonces la gente le puso así.

Recuerda la reunión en el Alto de Mompié en mayo de 1958.

Yo vivía allí; tenía mi casa y otra casita de cinc —donde ellos se reunieron—; pero, eso era secreto: no sabía nada de lo que se hablaba en esa reunión, aunque Fidel me tenía mucha confianza. Yo los abastecía de algunas cosas y mi casa funcionaba como almacén; pero no tenía porqué estar al tanto de lo que ellos hablaban en esa reunión.

¿Cuándo conoció a Fidel?

El 24 de diciembre de 1956, pocos días después del desembarco del Granma; en unas piedras enormes que hay en el pico Caracas, adonde me presenté para ofrecerle mi colaboración. Yo le dije que era analfabeto. Él conversó conmigo, me hizo muchas preguntas y yo le expresé mi deseo de incorporarme a su tropa. Sin embargo, me dijo que eso no era así, que yo le era más importante en otro frente; que él necesitaba gente para que los abasteciera a ellos y en otras funciones. Entonces acepté y hasta conseguí dos arrias de mulos, que fueron de mucha utilidad en toda la guerra.

¿Qué hizo después del triunfo del primero de enero de 1959?

Me quedé en Oriente, cuidando aquello. A los pocos días Fidel me mandó a buscar y vine para La Habana. Le dije que quería seguir con mi vida de campesino. Luego fui a Oriente y vine varias veces. Fidel me nombró responsable de montes y minas en la zona de Media Luna y Niquero; trabajé con el comandante René Vallejo; atendí una finca por las Escaleras de Jaruco y, por último, trabajé en la granja Michuri, aquí en Caimito. Ya, desde hace algunos años, estoy jubilado.

¿Algún mensaje para los jóvenes de hoy?

Defiendan esta Revolución, es lo más grande que tenemos. Que no es una Revolución de Cuba sola, es del mundo entero, para el bienestar del mundo entero.

 

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