El secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-Moon, advirtió
que el mundo sufre una amenaza nuclear real y llamó a trabajar por
la eliminación de las armas de ese tipo, reporta Prensa Latina.
El próximo 6 de agosto se cumplirán 65 años del lanzamiento de la
primera bomba atómica sobre Hiroshima y todavía la humanidad está
bajo la sombra del peligro nuclear, apuntó el responsable de la ONU.
Al inaugurar aquí una Conferencia de Revisión del Tratado de No
Proliferación de Armas Nucleares (TNP), Ban Ki-Moon preguntó hasta
cuándo habrá que esperar para liberarse de ese riesgo.
Sostuvo que el TNP es el acuerdo multilateral más importante de
la historia y, aunque no es perfecto, constituye la piedra angular
del régimen de no proliferación y cuenta con una membresía casi
universal .
El titular de la ONU alertó sobre las nuevas y variadas formas de
las amenazas en ese campo, entre las que mencionó el terrorismo, el
mercado negro de la tecnología y material de esa clase y el riesgo
de que un conflicto regional alcance magnitudes nucleares.
Al respecto, exhortó a trabajar por el éxito de una conferencia
dedicada a la Convención sobre Terrorismo Nuclear, convocada para el
próximo año.
Ban Ki-Moon urgió a los Estados poseedores de esas armas a
refirmar su compromiso inequívoco con su eliminación e instó a
incorporarse al TNP a los países que están fuera del instrumento.
El TNP fue abierto a la firma en 1968, entró en vigor en 1970 y
hoy cuenta con 189 Estados parte, incluidos los cinco poseedores de
armas nucleares y miembros permanentes del Consejo de Seguridad:
Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña, Rusia y China.
Por su parte, India, Paquistán e Israel, que cuentan con ese tipo
de armamento, se mantienen ajenos al tratado, mientras que la
República Popular Democrática de Corea (RPDC) lo abandonó en 2003.
En su discurso, Ban Ki-Moon propuso declarar una moratoria de las
pruebas nucleares y reforzar el control sobre los materiales
fisibles y las tecnologías relacionadas.
Precisó que la energía nuclear debe ser desarrollada bajo
salvaguardas establecidas, más aún en momentos en que crecen la
demanda de esa fuente energética y la necesidad de reducir la
emisión de gases contaminantes.
El secretario general respaldó el creciente clamor por establecer
una zona libre de armas nucleares en el Medio Oriente que se sume a
las ya existentes (América Latina y el Caribe, Pacífico Sur, Sudeste
asiático, Asia Central y África).
Con relación a Irán y su programa nuclear, pidió a Teherán
acciones que esclarezcan lo que consideró dudas existentes acerca de
sus planes en esa materia.