A dos ascendió la cifra de muertos en un nuevo ataque contra una
mezquita somalí, esta vez en la ciudad portuaria de Kismayo,
controlada por milicias radicales islámicas de Al Shabaab,
reportaron medios locales de prensa, reporta Prensa Latina.
Más de una docena de heridos ocasionó este nuevo ataque contra un
centro de culto, donde es frecuente la asistencia de miembros de la
insurgencia con más poder en el país del llamado cuerno africano.
La explosión ocurrió durante las oraciones religiosas de ayer en
la mezquita más importante de Kismayo, 500 kilómetros al sur de esta
capital.
Hasta el momento ninguna organización asumió la autoría de los
atentados.
Dos bombas estallaron de forma simultánea el sábado último en la
mezquita Abdalla Shideye en el mercado de Bakara, el más populoso de
Mogadiscio, zona también bajo dominio de Al Shabaab e Hizbul Islam.
Más de 50 muertos y 150 fue el saldo que provocó el doble
atentado que perseguía -según los insurgentes- eliminar al líder de
la milicia radical islámica Al Shabaab, Fuad Mohamed Khalaf, quien
pronunciaba un discurso a nuevos integrantes acerca de su versión de
la Guerra Santa (Yijad).
Por su parte, el gobierno de transición de Sharif Sheik Ahmed
condenó el hecho contra las fuerzas de Al Shabaab en el que murieron
personas inocentes y ajenas al conflicto entre ambos.
En ese contexto, las tropas de la Misión de Paz de la Unión
Africana aquí (AMISOM) repudiaron el incidente, a pesar que este
grupo rebelde combate contra sus hombres y ha ocasionado pérdidas de
vidas humanas dentro del contingente, así como secuestros.
Como "acto insensato y acción terrorista organizada", calificó la
acción contra la mezquita el ministro de Información del país, Dahir
Mohamud Gelle.
También el representante de la Comisión para Somalia de la Unión
Africana, el embajador Boubacar Gaoussou Diarra, pidió a las partes
en conflicto acabar con los ataques contra civiles inocentes y en
lugares con gran acceso de público.
En la urbe capitalina son cotidianos los enfrentamientos en plena
calle entre las tropas afines al débil gobierno de transición de
Sharif Sheik Ahmed, apoyadas por la AMISOM, y la insurgencia
islámica radical que controla gran parte del territorio nacional.
Somalia está dividida en zonas autodeclaradas autónomas y pesa la
sequía endémica que unida a la crisis económica mundial profundiza
la hambruna y lleva a la peor situación humanitaria en su historia,
según ONU.
La víspera, tropas de Hizbul Islam tomaron la ciudad de Haradhere,
asentamiento estratégico de los piratas, quienes huyeron sin ofrecer
resistencia en la primera acción que vincula a los rebeldes con las
ilegales incursiones en la costa.