La huelga general indefinida convocada por el opositor Partido
Comunista Unificado de Nepal (Maoísta) para demandar la renuncia del
gobierno mantiene paralizado por segundo día consecutivo al país
himalayo, reporta Prensa Latina.
Al igual que ayer, decenas de miles de manifestantes vestidos con
camisas y gorras rojas inundaron las calles de esta capital,
mientras las escuelas, comercios y mercados permanecen cerrados.
Sólo las oficinas gubernamentales abrieron sus puertas, pero los
empleados debieron trasladarse a pie hasta sus puestos de trabajo,
porque tampoco circulan los ómnibus del transporte público ni los
taxis.
Hasta el momento las protestas se han desarrollado de forma
pacífica, a la vista de decenas de miles de policías anti-motines
que han sido desplegados por toda la ciudad, en previsión de
disturbios.
Sin que se vislumbre una solución al conflicto, los manifestantes
tienen una única demanda y es la renuncia del primer ministro Madhav
Kumar Nepal junto con todo su gabinete.
Según la prensa local, anoche fracasó una reunión sostenida por
representantes de las tres principales fuerzas políticas del país el
gobernante Partido Comunista de Nepal (Marxista-Leninista Unido), el
Partido del Congreso Nepalés y los maoístas-, para tratar de
encontrar una solución a la crisis.
El sábado pasado, el líder opositor y ex comandante guerrillero
Pushpa Kamal Dahal, alias Prachanda, anunció que esta vez el paro no
se detendrá hasta conseguir la renuncia del gobierno, al que
advirtió contra cualquier intento de reprimir a los huelguistas.
El Partido Comunista Unificado de Nepal (Maoísta) lideró durante
10 años una guerra de guerrillas que terminó en 2006, con el
derrocamiento de la monarquía, y la transformación de Nepal en una
república federal.
Elegido primer ministro, Prachanda renunció en mayo de 2009 por
diferencias con el presidente Ram Baran Yadav, quien revocó una
orden suya que destituía al jefe del Ejército, general Rookmangud
Katawal.
Desde entonces el proceso de paz, que debe concluir este mes con
la proclamación de una nueva constitución y la reinserción a la
sociedad de más de 20 mil ex combatientes, se encuentra estancado.