Un paquete de soluciones políticas anunciado por el gobierno
genera escepticismo en Tailandia, pues la llamada Hoja de Ruta exige
garantías de paz casi imposibles en un contexto muy volátil, reporta
Prensa Latina.
El anuncio del primer ministro Abhisit Vejjajiva sembró más dudas
que certezas, aunque su más cercano colaborador reveló que se baraja
la posible disolución del Parlamento si cesa la violencia.
Si esta información del viceprimer ministro Suthep Thaugsuban es
cierta, el movimiento opositor Camisas Rojas obtendrá lo que reclama
en las calles hace ocho semanas, sin síntomas de agotamiento.
Desde el pasado 12 de marzo comenzaron las manifestaciones que
también exigen la renuncia de Abhisit, la restitución del depuesto
primer ministro Thaksin Shinawatra y la convocatoria de nuevas
elecciones.
Con Bangkok paralizada y en virtual estado de sitio, la oposición
se atrincheró en Ratchaprasong, corazón comercial de la capital,
donde permanece bajo la amenaza constante de una incursión militar
para desalojarlos.
Los encontronazos entre las fuerzas de seguridad y los Camisas
Rojas han dejado 27 muertos, mil heridos y pérdidas económicas que
sólo en el turismo rondan ya los 156 millones de dólares.
Este lunes, Abhisit aseguró que presentaría soluciones políticas
en lo que llamó una hoja de ruta, elaborada a partir de criterios de
todos los partidos políticos en pugna.
Pese a la presión de sus fieles, los denominados Camisas
Amarillas, Abhisit se ha negado a instaurar la Ley Marcial, aunque
tampoco accede a renunciar de inmediato, como exigen los Rojos.