WASHINGTON, 2 de mayo.— El presidente estadounidense, Barack Obama,
viajó el domingo a la región del Golfo de México afectada por un
derrame petrolero en medio de crecientes críticas contra su
gobierno.
Medios de prensa como el diario The New York Times señalaban que
el mandatario demoró tanto en prestarle interés al derrame como lo
hizo su antecesor, George W. Bush, ante el desastre del huracán
Katrina.
Obama tomó cartas en el asunto el pasado viernes, a casi diez
días de iniciado el goteo de crudo desde la plataforma Deepwater
Horizon, a unos 75 kilómetros de las costas de Louisiana.
De acuerdo con el secretario de Interior, Ken Salazar, el derrame
supondrá un grave desastre medioambiental.
Salazar, quien recorrió el viernes la región, señaló a la
televisora CBS que los obreros pudieran tardar tres meses en cerrar
completamente los agujeros por donde emana el crudo.
Hasta entonces, dijo, mucho petróleo saldrá al Golfo de México.
En estos momentos el combustible se incorpora al mar a una
velocidad de 5 000 barriles diarios, y la vanguardia de la mancha
negra ya tocó tierra en Louisiana.
Los expertos estiman que para mañana la marea negra llegue a las
proximidades de la Florida.
El delta del río Mississippi, pantanales y marismas al sur de
Louisiana, islotes dispersos hacia la costa de la Florida, y los
Everglades, atesoran una rica biodiversidad que saldrá dañada con el
desastre.