Grand Prix de Montreal

Cuba dio “Guerra” en las alturas

Al parecer 15 años repitiendo saltos desde la plataforma al máximo nivel le confieren a José Antonio Guerra las cualidades del vino: mientras más añejo mejor bouquet, y así lo demostró en el tanque del parque Olímpico de Montreal, Canadá, del cual sacó una presea de plata y otra de bronce durante la tercera fase del Grand Prix de clavados.

La dupla cubana Guerra-Aguirre confirmó su permanencia en la elite.

Eso no fue todo, el ornamentalista santiaguero coqueteó con el podio en el sincronizado de trampolín junto a Jorge Betancourt, al totalizar 366,18 puntos, distantes de los anfitriones Alexandre Despatie y Reuben Ross (425,04), los chinos Shixin Li y Longjin Yu (417,69) y los rusos Evgeny Kuznetsov e Ilza Zakharov (395,88), ocupantes de los puestos de honor.

El rendimiento se puede calificar de aceptable si se toma en cuenta que la lid canadiense constituyó para la dupla el estreno competitivo desde el trampolín en este 2010.

Con esa espina clavada, Guerra, subcampeón del orbe en el 2005, se subió a los 10 metros, "su guarida", y desde allí totalizó 483,35 unidades, merecedoras del tercer escaño, a la zaga del australiano monarca olímpico Matthew Mitcham (561,00) y del chino Ai Sen Chen (556,05), dueños de astronómicas anotaciones.

¿Su pizarra de las seis ejecuciones? (76,50), (86,40), (94,90), su mejor performance, (81,60), fatídico (54,45) en la quinta vuelta y un extra en el salto final para asegurar la medalla con (90, 00).

Realmente la satisfacción mayor llegó en el adiós junto a su coequipero Jeinkler Aguirre, con quien se combinó para saborear una presea de plata en el sincronizado de plataforma, con total de 432,78.

Los antillanos únicamente se vieron superados por los extraclase chinos Yue Lin-Liguang Yang (453,99), habituados a escalar el sitial de honor en eventos de máxima categoría.

Si bien los exponentes del patio no pudieron reeditar ninguno de los tres primeros lugares alcanzados en la propia urbe en el 2009, su actuación califica como muy destacada, pues ahora la exigencia fue superior, ante la presencia de rivales de mayor casta. (H.I.)

 

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