Temas beisboleros

Lunares de la XLIX Serie

Demora de los partidos, pelotas perdidas, expulsados

SIGFREDO BARROS

El lanzador sale del montículo, da una vuelta, coge la pez rubia, mira la pelota como si la hubiera acabado de encontrar, entra al box de nuevo¼ pero ahora es el bateador quien se quita del plato, coge tierra unos metros más allá —al parecer todas las tierras no son iguales—, toma aire, busca concentración y, ¡al fin!, entra en la caja de bateo.

Foto: Ricardo López Hevia Si sumamos las discusiones durante toda la temporada arrojaría decenas de horas perdidas.

Una ceremonia desesperante, con el tiempo corriendo implacablemente y el aburrimiento enseñoreándose por todo el estadio. En ocasiones, el béisbol deja de ser un espectáculo y da paso a una serie de rituales: eternas conversaciones con el lanzador, interminables discusiones con los árbitros en jugadas de apreciación, etc, etc, etc.

El tema sale a colación luego de recibir una comunicación oficial de la Dirección Nacional de Béisbol en la cual se enumeran muchos factores adversos de la pasada contienda. El primero: la duración promedio de los juegos en la XLIX Serie Nacional fue de 3 horas y 14 minutos, cifra que aumentó a 3:31 durante los play off, con los dos últimos juegos de la final Industriales-Villa Clara a la cabeza, pues el sexto llegó casi a las cinco horas, y el séptimo se acercó a las seis.

No es solo un problema de la pelota cubana. En todo el mundo la demora de los partidos de béisbol preocupa. Recientemente, Allan Huber "Bud" Selig, comisionado de las Grandes Ligas, declaró a los medios de prensa que le preocupaba el lento ritmo de los partidos, la excesiva demora de los pitchers y los bateadores saliendo constantemente del cajón.

En busca de medidas encaminadas a acortar los desafíos, la organización de Grandes Ligas escogió un comité de 14 miembros, integrado por conocidas figuras, quienes dedicarán tiempo y esfuerzo en busca de soluciones a uno de los factores que más influyeron en la salida del béisbol de los Juegos Olímpicos.

PELOTAS, EXPULSADOS

¿Sabe usted cuántas pelotas se perdieron durante la XLIX Serie Nacional? Nada menos que 10 946 —con un costo aproximado de 5 dólares cada una—, tomaron el camino de irás y no volverás, un promedio de 15 por juego.

Tres territorios se llevaron las palmas en cantidad de esféricas desaparecidas: Ciego de Ávila, Matanzas y la Isla de la Juventud, los tres empatados con 29 por cada desafío. Santiago de Cuba y La Habana, con 9, y Sancti Spíritus, 10, fueron las de menor incidencia en este negativo indicador.

Quizás la pasada temporada haya sido la de mayor cantidad de peloteros y entrenadores expulsados del juego. En total 44 jugadores y 21 miembros de los cuerpos de dirección, incluidos mentores, auxiliares y preparadores. Las indisciplinas fueron desde mal comportamiento en los hoteles de alojamiento de la cadena Isla Azul hasta el empujón y la falta de respeto a un árbitro.

No hay dudas, el béisbol necesita mayor organización y menor contemplación a la hora de sancionar actitudes reñidas con el código de ética del deporte revolucionario cubano.

 

| Portada  | Nacionales | Internacionales | Cultura | Deportes | Cuba en el mundo |
| Opinión Gráfica | Ciencia y Tecnología | Consulta Médica | Cartas | Especiales |

SubirSubir