El
Consejo de Seguridad prorrogó hoy por otro año el mandato de la
misión de la ONU en el Sahara Occidental, pero rechazó impulsar la
supervisión de los derechos humanos dentro del conflicto, reportó
Prensa Latina.
En una resolución adoptada por unanimidad, el órgano de 15
miembros ratificó decisiones anteriores sobre el conflicto y llamó a
Marruecos y al Frente Polisario a demostrar voluntad política para
un diálogo que permita entrar en negociaciones de sustancia.
La Misión de Naciones Unidas para el Referéndum en el Sahara
Occidental (MINURSO) fue creada en septiembre de 1991 para vigilar
el alto el fuego entre ambos beligerantes en ese territorio antigua
colonia de España y ocupado por Marruecos desde 1976.
El texto aprobado este viernes tras una tensa jornada de debates
en el seno del Consejo pide a las partes en conflicto continuar el
diálogo auspiciado por la ONU y sin precondiciones.
Pláticas que conduzcan a una justa, definitiva y mutuamente
aceptable solución política que permita la autodeterminación del
pueblo del Sahara Occidental, precisa el documento.
Sin embargo, la resolución ignora los crecientes reclamos de
diferentes actores para la creación de algún mecanismo supervisor de
los problemas de derechos humanos en el territorio ocupado por
Rabat.
Esa demanda, esgrimida por el Polisario, el secretario general de
la ONU, Ban Ki-Moon, el gobierno de España -la antigua metrópoli- y
buena parte de los países de África y América Latina no aparece en
el texto sancionado por el Consejo de Seguridad.
Según trascendidos, Francia, uno de los cinco miembros
permanentes de ese órgano con derecho a veto, ejerció fuertes
presiones a favor de Marruecos para evitar la inclusión del tema de
los derechos humanos.
En declaraciones a la prensa, el representante del Polisario ante
la ONU, Ahmed Bujari, criticó las manipulaciones y presiones
registradas en la elaboración de la resolución y pidió reestructurar
el llamado Grupo de Amigos del Sahara occidental.
El embajador dijo que Marruecos tomó parte en las gestiones de
ese conjunto, integrado por Francia, Estados Unidos, España, Reino
Unido y Rusia, mientras que el Polisario no fue consultado.
Bujari opinó que el documento aprobado fue redactado sin
transparencia en su negociación, aunque reconoció que llama a
reanudar las conversaciones y reitera la validez del principio de
autodeterminación del pueblo saharaui.