Actualizado 4:45 p.m., hora local

Pierde oposición tailandesa terreno por invasión a hospital

El movimiento opositor tailandés Camisas Rojas trata de limpiar su imagen, afectada por su reciente irrupción en un hospital que se vio obligado a evacuar pacientes, reporta Prensa Latina.

Los precursores de la polémica acción pretendían capturar a soldados supuestamente posicionados en el hospital Chulalongkorn, pero lo único que consiguieron fue mala fama y darle un pretexto al gobierno para desacreditarlos.

De hecho, el primer ministro Abhisit Vejjajiva salió de inmediato por la televisión para decir que era "innecesario condenar esta acción, porque la sociedad tailandesa y el mundo lo hicieron ya".

El acosado Abhisit aprovechó este fallo opositor para reiterar que el gobierno rechazaría cualquier movimiento que amenazara la seguridad pública.

El céntrico hospital evacuó a sus pacientes hacia otros centros y suspendió todas sus consultas y procedimientos, salvo operaciones de urgencia, algo necesario entre tanta violencia latente.

El doctor Weng Tojirakarn, vocero de los Camisas Rojas, expresó una "profunda disculpa" por los incidentes, que consideró "inapropiados en demasía e irracionales".

Los Camisas Rojas reclaman desde el 12 de marzo la renuncia de Abhisit, la disolución del Parlamento, la restitución del depuesto primer ministro Thaksin Shinawatra y la convocatoria de nuevas elecciones.

Hasta el momento los recurrentes encontronazos entre las fuerzas de seguridad y los opositores han dejado 27 muertos, mil heridos y pérdidas millonarias en la economía, pero nadie cede un ápice.

El corazón comercial de Bangkok está paralizado hace casi cuatro semanas, y los "rojos" protegen su bastión en Ratchaprasong con barricadas de neumáticos y estacas afiladas.

Mientras, los pro-monárquicos y oficialistas "Camisas Amarillas" reclaman al Ejército acciones más drásticas para acabar la actual anarquía, apenas tres días después de reclamar una ley marcial.

Esta facción, célebre por cerrar durante una semana el aeropuerto internacional de Bangkok en 2008, representa a la elite empresarial de Tailandia, en tanto los Camisas Rojas son en su mayoría campesinos y proletarios.

Este grupo venera a Thaksin, un polémico multimillonario acusado de corrupción y nepotismo, pero querido entre el pueblo por sus medidas sociales, que sus enemigos tildaban de "populistas".

 

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