Brasil de cara a las elecciones

Dilma Rousseff, candidata a los comicios presidenciales de octubre por el PT, y José Serra, postulado por la oposición, los principales contendientes

OLGA DÍAZ RUIZ

El gubernamental Partido de los Trabajadores (PT) de Brasil, con un poco más de 1 300 000 militantes, ha participado hasta el momento en cinco elecciones presidenciales desde su fundación —hace justamente 30 años—, en las que ha promovido a su líder y fundador, el sindicalista Luiz Inácio Lula da Silva, vencedor en los sufragios presidenciales del 2002 y el 2006.

José Serra y Dilma Rousseff, los principales contendientes.

Esta vez, ponen sobre el tapete la candidatura de la ex ministra jefe de la Casa Civil de la Presidencia brasileña, Dilma Rousseff, anunciada oficialmente por decisión unánime el 20 de febrero pasado durante el IV Congreso Nacional del PT.

Al intervenir en el evento, Lula dejó clara su aprobación a la candidata petista: "No existe hoy en Brasil nadie más preparado para gobernar el país que Dilma Rousseff". Ante lo que la candidata expresó: "Mi partido me concede una tarea honrosa. Jamás pensé que la vida me reservaría tal desafío".

Y es que la ex guerrillera, de 61 años, ha mostrado su valía y capacidad ejecutiva al frente del ambicioso programa brasileño de crecimiento económico, que evitó al país sufrir graves afectaciones por la actual crisis financiera y económica mundial. Sin lugar a dudas, si resulta electa, continuará la línea del actual gobierno, de beneficio para amplias mayorías desposeídas.

Dilma está decidida a seguir por "el camino que Lula nos enseñó", como reza el principal eslogan de su campaña presidencial, aunque enfocada en avanzar mucho más en políticas de educación y salud, acrecentar y perfeccionar los programas sociales existentes, combatir la corrupción y preservar la estabilidad macroeconómica de la nación.

Con una carrera política que comenzó desde su juventud, la candidata petista ha asumido importantes cargos en el ejecutivo nacional, al frente de las carteras de Energía entre el 2003 y el 2005, y como presidenta del Consejo de Directores de la empresa estatal petrolera, PETROBRAS.

La candidata petista está respaldada por su exitoso trabajo y la notoria gestión del presidente Lula, quien disfruta de un elevado 80% de aceptación popular, rara avis en el mundo político brasileño.

Indudablemente, quienes favorecen las aspiraciones de Dilma se apoyan en la actual expansión de la economía brasileña, que salvó de la pobreza a casi 20 millones de personas, y apunta a generar más de 1,5 millones de nuevos puestos de trabajo en el 2010.

Dilma cuenta también con un creciente apoyo partidario, no solo del PT, sino también del Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PDMB), la principal alianza política nacional, que ratificó que cerrará filas a su favor.

Mientras, su principal rival, José Serra, gobernador del populoso estado de Sao Paulo, y candidato por la coalición centrista del Partido Social Demócrata de Brasil (PSDB), el Partido Popular Socialista y los Demócratas, es un político de ideología socialdemócrata, sucesor del ex presidente Fernando Henrique Cardoso, y conocido por haber ocupado cargos políticos relevantes como diputado federal (1986-1994), senador (1994-2002), ministro de Planificación y Ordenamiento (1995-1996) y ministro de Salud (1998-2002).

El electorado brasileño elegirá entonces entre una propuesta de centroizquierda, que ha demostrado su efectividad en estos ocho años de mandato de Lula, y la opción representada por el alcalde paulista. En definitiva, la última palabra la dirá el pueblo.

 

| Portada  | Nacionales | Internacionales | Cultura | Deportes | Cuba en el mundo |
| Opinión Gráfica | Ciencia y Tecnología | Consulta Médica | Cartas | Especiales |

SubirSubir