Desde la víspera, los integrantes de la flota de pesca del
municipio de Caibarién, provincia Villa Clara, regresaron a tierra
para ejercer el derecho al voto.
Teresa Molina, operadora del puesto de control de embarcaciones,
informó a la AIN que de las 36 unidades de captura de las diferentes
especies que conforman la flota, 28 se encuentran activas y todas
acudieron con sus tripulaciones al lugar de resguardo cerca del
litoral.
Tras concurrir a las urnas temprano en la mañana, los integrantes
de la flota "achicaron sus barcos" (extraer el agua) y realizaron
otras acciones de rutina como parte de los preparativos en sus
respectivas naves para la venidera jornada en que zarpen a la mar,
agregó.
La prensa anterior a 1959 mostraba que los pescadores en
Caibarién tenían una vida de miseria, desprovista de salud y
educación para sus hijos, y se veían obligados a entregar la cédula
electoral para tener acceso a una cama en el hospital o la entrada a
una escuela.
Después del triunfo revolucionario se abrieron las posibilidades
de un salario seguro, se construyó la ciudad pesquera y muchos
trabajadores del sector con sus familias fueron a residir a hogares
decorosos y seguros.
En la década de los años 970, muchos barcos de Caibarién fueron
víctimas de agresiones por lanchas piratas de organizaciones
contrarrevolucionarias, y asesinaron a pescadores como Roberto Torna
Mirabal, según reflejó el periódico Vanguardia, del seis de octubre
de 1973.
Asistir a dar el voto por el delegado a la Asamblea Municipal del
Poder Popular, es también una demostración de respaldo a la dignidad
de los cubanos y a su decisión de ser libres, comentó a la AIN
Lázaro Araqui, jubilado del sector.