Gracias a la Revolución ahora no soy triplemente discriminado:
por humilde, por negro y por ciego, dijo al emitir su voto Miguel
Ángel Estévez León, quien reside en la provincia de La Habana.
Los ciegos acudimos a las urnas porque tenemos que apoyar a
Fidel, a Raúl y a la Revolución que nos brinda oportunidades de
trabajo, ha creado escuelas para que desde pequeños podamos
aprender, y nos ofrece una esmerada atención médica, así se han
rehabilitado quienes pueden recuperar la visión con tratamientos o
cirugía, dijo.
Explicó el elector invidente que nació en una familia muy pobre y
conoció las vicisitudes del pasado y la corrupción de los comicios
en aquella época, donde los politiqueros se valían de la miseria del
pueblo.
Hoy todo ha cambiado, apuntó, y así fui el primer operario negro
en la dulcería Los Pinos Nuevos, combatiente internacionalista en
Angola y un ciudadano como los demás.
La pérdida de la vista desde hace diez años, acotó, la he asumido
junto a mis compañeros de la Asociación Nacional del Ciego, y he
logrado rehabilitarme y destacarme como jugador de damas al tacto,
con un tercer lugar a nivel nacional.
Ahora vengo a cumplir con mis deberes ciudadanos y a depositar mi
voto por el mejor, apoyado por uno de los pioneros que custodian las
urnas y son un verdadero ejemplo de la limpieza de estos comicios,
tan distintos a los de antes.