El Comandante en Jefe y el Ministro de las FAR, recepcionando los
mensajes del Che y las peticiones de los jefes de Estado y de los
movimientos de liberación, iniciaron las acciones necesarias y al
regreso de este ya se entrenaban en los campos de Pinar del Río
varios cientos de futuros combatientes internacionalistas.
El plan inmediato fue enviar un gran cargamento de armas y demás
suministros para los guerrilleros del PAIGV que dirigía Amilkar
Cabral y peleaban en Guinea Bissau contra el colonialismo portugués,
y preparar el personal para la formación de dos columnas:
La Columna Uno, de más de 120 combatientes bajo el mando del Che,
con Víctor Dreke como segundo, para impulsar la lucha de los
lumumbistas en el Congo ex belga, y la Columna Dos, de más de 260
hombres, encabezada por Jorge Risquet y Rolando Kindelán, que
actuaría en el Congo ex francés, para apoyar a su gobierno
progresista y colaborar con el MPLA en el Segundo Frente Guerrillero
de Cabinda, y en la creación de tres columnas guerrilleras para el
Primer Frente al norte de Luanda y abrir el Tercer Frente en la
frontera con Zambia.
La idea más general, en la medida en que se incrementara la lucha
de los lumumbistas y de los combatientes contra el colonialismo
portugués y el yugo del apartheid, era que nuestras dos Columnas se
unieran y, en acción conjunta con los movimientos patrióticos,
lograran la liberación del África Subsahariana.
En la noche del 23 de abril de 1965, desde la pequeña ciudad y
puerto lacustre tanzano de Kigoma, el Comandante Guevara y trece
combatientes iniciaron el cruce del Lago Tanganika, el segundo más
profundo del mundo, en una lancha mediana con motor fuera de borda.
El viaje fue difícil, el oleaje se encrespó, la lluvia arreció
durante el trayecto, el motor de la embarcación tuvo sus fallos, con
cubos hubo que achicar el agua durante la angustiosa travesía, hasta
que al final apareció la orilla congolesa del lago.
Amanecía el sábado 24 de abril. Se iniciaba la Epopeya de Cuba en
África negra.
Desde ese día, hasta el 25 de mayo de 1991, empuñaron
sucesivamente el fusil en el continente ancestral, 381 000 oficiales
y soldados cubanos. De estos, más de 2 400 ofrendaron su vida en el
combate internacionalista.
La epopeya se prolongó a lo largo de un cuarto de siglo, más un
año, un mes y un día. El colonialismo y el apartheid fueron
derrotados por la lucha heroica de los pueblos africanos y, junto a
ellos, los combatientes internacionalistas cubanos.
En ese largo periodo el plan estratégico de Fidel, el Che y Raúl
resultó victorioso.