Una decena de escritores cubanos con discapacidad visual
publicaron sus obras en editoriales dentro y fuera de la Isla,
gracias a las oportunidades creadas por la Revolución para ese
sector poblacional.
Ese hecho, sin precedentes en el país, se logra por la
escolarización y mayor acceso a la cultura de los invidentes, y la
formación de un movimiento de aficionados a la literatura -con más
de 800 miembros- auspiciado por la Asociación Nacional del Ciego (ANCI),
reporta la AIN.
Entre los textos publicados figuran fundamentalmente volúmenes de
cuento, poesía y teatro, y muchos han sido premiados en encuentros y
concursos.
Los primeros autores con trabajos editados fueron Ana Mirta
Bonfil, de Guantánamo, y la repentista Tomasita Quiala, de La
Habana, mientras los más reciente fueron Gilda Guimeras y Rosa
Amelia Moya, ambas de la provincia de La Habana.