ENGHIEN-LES-BAINS,
Francia.— "Yo amo la vida, y amo el baile", dijo aquí Alicia Alonso,
para explicar qué es lo que la mantiene trabajando a diario,
inspirando y guiando a nuevas generaciones de bailarines, soñando
nuevas coreografías, descubriendo nuevos talentos, en vísperas de
cumplir, en diciembre próximo, nueve décadas de vida.
"Ese
es mi secreto. Amo la vida. Estoy con vida, y estoy bailando por
dentro", dijo Alonso, que ofreció el jueves una conferencia de
prensa, en el Centro de las Artes de Enghien-les-Bains, una pequeña
localidad cerca de París donde el Ballet Nacional de Cuba presenta
el viernes y sábado Giselle.
La coreógrafa cubana, que impuso un estilo en el mundo
internacional de la danza, con sus versiones de los grandes ballets
clásicos, como Giselle y El lago de los cisnes, es la
única de las grandes leyendas del ballet con vida.
Varias capitales del mundo le han ofrecido homenajes, en ocasión
de su 90 cumpleaños. En Londres fue la semana pasada, y en Nueva
York, será la próxima, en el Metropolitan Opera House, en Lincoln
Center. ¿Por qué en Francia el homenaje es en la pequeña localidad
de Enghien-les-Bains?, se le pregunta.
"Yo no escogí. Ellos me escogieron a mí. Y me encanta. Es muy
lindo aquí", expresó a la rueda de prensa, donde habló sobre su
trayectoria y su legado, pero también sobre sus proyectos futuros.
"Tenemos tantos ballets todavía por hacer, por crear", dijo. "Ballets
clásicos pero nuevos también".