¿Por dónde le sale el agua al cayo?

En el polo turístico Jardines del Rey hace falta evitar el despilfarro. La única opción está en hacer del ahorro de agua un hábito

ORTELIO GONZÁLEZ MARTÍNEZ

CIEGO DE ÁVILA.— Las fuentes de abasto de agua claman por un respiro. Todos los días, desde la Isla grande, las bombas impulsan hacia el polo turístico Jardines del Rey más de ocho millones de litros, para abastecer a los 11 hoteles y otras instalaciones en funcionamiento en los cayos Coco y Guillermo.

Foto: José de la RosaJunto al Iberostar Daiquirí, el hotel Blue Bay es ejemplo en el uso racional del agua

Sin embargo, cada 24 horas se pierden más de dos millones de litros en el trayecto hasta los hoteles y puertas adentro de los inmuebles.

Aun cuando se adoptan medidas para evitar el derroche, todavía existen fugas por donde se escabulle el líquido. En un acercamiento al problema, Granma indagó sobre las causas del sobregasto de agua en Jardines del Rey.

Si en este momento se decidiera cerrar los grifos para la entrada de agua a los hoteles que no cumplen con el índice de consumo fijado en la Resolución 58 del 95, del Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos, solo dos podrían mantener las puertas abiertas: el Blue Bay, en Cayo Coco; y el Iberostar Daiquirí, en Guillermo.

El ingeniero eléctrico Armando Mesa Echeverría, jefe de los servicios técnicos en el Blue Bay (328 habitaciones), defendió con creces la idea de que es posible el ahorro del transparente fluido y el derroche no se puede justificar con el servicio al turismo.

Foto del autorLas acciones para evitar el despilfarro dependen más del hombre que de la tecnología.

Comenta que la experiencia en el hotel Blue Bay demuestra que para ahorrar, primero hay que controlar. Los datos arrojan que en lo que va de año el consumo total anda por los 272 metros cúbicos por día, entre los mejores en el emporio turístico y, en marzo pasado, lograron bajar el gasto a 0,95 metro cúbico por habitación-día ocupada, consumo que sobresale entre los más bajos del polo.

Para nosotros, explica Armando, el agua es un portador energético más, razón por la cual realizamos el submetraje en los lugares donde es mayor el consumo: los bloques habitacionales, la cocina, la piscina, las áreas de servicio y en otros puntos clave.

"A las 7:00 de la mañana, el operario de guardia lee el metro contador a la entrada de la cisterna; después mide el nivel de la misma y comprueba los números a la salida del depósito. Ahí nos damos cuenta de cualquier anomalía. También revisamos las distintas áreas. La llave de la carnicería, por ejemplo, estuvo rota unas horas y de inmediato la cambiamos".

En el hotel Tryp Cayo Coco (514 habitaciones), el ingeniero mecánico Oscar Delgado Castellón, al frente de los servicios técnicos, precisa que es imposible cumplir con la norma fijada de 0,92 metro cúbico por habitación-día ocupada.

Y habla con sentido de pertenencia: "Con el hotel al máximo de su capacidad, como está ahora, la demanda es de 670 metros cúbicos en un día. Es una instalación muy grande. De las 21 hectáreas, 13 son de áreas verdes. Otra agravante es el mal estado técnico de una parte de las redes interiores", ilustra.

Pese a ello, no se cruzan de brazos y echan mano a cuanta solución aparezca para disminuir el consumo, como el montaje de 270 sistemas de descargues parciales, la sustitución de los tanques de inodoros de 12 litros por otros de seis, el uso de lavamanos con sistemas que ofrecen la posibilidad de operar con dos tipos de presiones, de acuerdo con la demanda.

También aquí el punto débil está en los metros contadores, pues de los 16 que necesitan, disponen solo de tres: a la entrada del hotel, en la lavandería y en la cocina.

Los directivos de ambos hoteles coinciden que en el ahorro de agua existe un potencial oculto, dependiente, en gran medida, de la conciencia del hombre, la capacitación y la introducción de las buenas prácticas para evitar los gastos innecesarios.

... Y SE VA

De la misma manera en que el agua llega, puede irse si no se cumple con los programas de consumo. Dejar de bombearla solamente un día, podría ocasionar afectaciones en varias instalaciones turísticas, sobre todo en temporada alta.

En septiembre del 2008, cuando el huracán Ike deterioró la conductora que abastece al polo, se disparó la alarma, al extremo de que en solo dos días hubo que trasladar en carros cisternas 3 643 000 litros, en 512 viajes, con un gasto superior a los 7 000 litros de combustible.

De acuerdo con Sergio Barrio García, delegado de Recursos Hidráulicos en el territorio, las precipitaciones decrecen todos los años debido al cambio climático, y, por ende, las fuentes de abasto son seriamente afectadas.

El sector Cinco, tributario del agua a Jardines del Rey, disminuyó en marzo su nivel freático en 88 centímetros, respecto a febrero y ya se encuentra en la fase de alerta por agotamiento del manto acuífero. "No hay otra alternativa que evitar el despilfarro", precisa.

A lo anterior se suma que la tarifa fija de 1,20 CUC por cada metro cúbico de agua utilizado no estimula el ahorro. Y es que quien derrocha paga la misma tasa del que ahorra, cuando en realidad debiera penalizarse con severidad a los que se exceden en el consumo.

Gracias a la estrategia hidráulica del Estado cubano, el líquido llega a cada una de las 3 927 habitaciones de ese polo turístico.

Si hoy no se instrumenta el ahorro como una realidad cotidiana, se estará comprometiendo el plan de desarrollo de esa parte del norte avileño.

 

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