La depresión dentro de la población mexicana, sobre todo en los
jóvenes, aumentó en los últimos años, sin embargo, sólo 20 por
ciento de los enfermos recibe tratamiento adecuado, evaluó hoy una
experta en psiquiatría.
Factores
como desintegración familiar y consumo sustancias adictivas inciden
en el problema que puede terminar en suicidio, señaló la
subdirectora de Hospitalización del Instituto Nacional de
Psiquiatría Ramón de la Fuente Muñiz, Martha Ontiveros.
Resulta indispensable, consideró, que los padres de familia
observen si en sus hijos hay cambios de conducta, en el rendimiento
escolar, falta de energía, permanente irritación u otras señales de
anomalías.
La vigilancia, estimó, debe redoblarse cuando los jóvenes
presentan alguna alteración psicológica, problemas de lenguaje o
Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad (TDAH), pues
son más propensos a padecer discriminación y con ello a deprimirse
porque viven constantemente la agresión .
Según Ontiveros, la Encuesta Nacional de Epidemiología
Psiquiátrica confirmó que alrededor de nueve por ciento de la
población de 18 a 65 años de edad en México sufre depresión en algún
momento de su vida, y la cifra resulta similar en los menores.
En el desarrollo de la depresión influyen diversas condiciones,
entre ellas los antecedentes familiares y las situaciones difíciles
como presiones económicas, de pareja y laborales, pero incluso, hay
quienes traen el gen de la depresión y aunque tengan una vida
tranquila pueden caer en ese estado, explicó la dirigente del
Instituto Nacional de Psiquiatría.
Aunque en México existen medicamentos altamente efectivos, de
cada cinco pacientes deprimidos, sólo uno recibe tratamiento
adecuado, es decir, 20 por ciento a causa de mitos o prejuicios
hacia el tratamiento psiquiátrico porque se considera sinónimo de
locura, alertó la funcionaria.
Otro factor en contra es el tiempo prolongado que se requiere
para lograr resultados estables con los fármacos, pues antes que
empiece a actuar el antidepresivo, deben pasar dos ó tres semanas y
al cabo del año menos de la mitad de los enfermos continúan el
tratamiento, alertó Ontiveros.