Como puño de acero
Lourdes Pérez Navarro
lourdes.p@granma.cip.cu
Con apenas 19 años de edad, el camagüeyano cabo técnico Yosvany
Álvarez muestra destreza en la conducción del vehículo blindado BMP.
Hasta obtuvo una distinción de servicio distinguido en las FAR por
el buen desempeño durante una reciente maniobra realizada en
cumplimiento de su preparación.
El joven informático confiesa que nunca imaginó llegar a ser
conductor mecánico de un vehículo como este, esencial para hacer
emboscadas y apoyar la labor de los tanques durante las acciones
combativas. En pocos meses fue "capturando" las habilidades
necesarias, mediante fuertes estudios y entrenamientos dirigidos y
supervisados por oficiales de la Unidad de la Gloria Combativa
Rescate de Sanguily, Orden Antonio Maceo.
Miles
de jóvenes se han adiestrado en la conducción y tiro de tanques.
BREVE RECUENTO DE UNA GRAN UNIDAD
Fundada el 16 de abril de 1965 como División Blindada por la
Orden 037 del Ministro de las FAR, ocho años después pasó a ser Gran
Unidad. La misma que el General de Ejército Raúl Castro Ruz,
entonces titular de la institución armada, bautizó como "Puño de
Acero de las FAR" al resumir la maniobra de tiro de combate
realizada en un polígono de la región occidental.
En este lugar se han formado —y forman— miles de tanquistas,
zapadores, artilleros, comunicadores e infantes, entre otras
especialidades militares imprescindibles para el cumplimiento
exitoso de las misiones dirigidas a la defensa de la Patria.
En
el campo de tiro desarrollan prácticas con diferentes tipos de
armamentos.
En 1995 la Gran Unidad recibió el nombre de Gloria Combativa
Rescate de Sanguily, entregado por el Ministro de las FAR. Cinco
años después alcanzó la más alta condecoración otorgada por el
Consejo de Estado a colectivos militares: la Orden Antonio Maceo.
Por más de cuatro décadas la Gran Unidad ha mantenido una elevada
preparación y disposición combativas, reflejadas en las múltiples
maniobras realizadas. Muchos de sus combatientes, provenientes de
varias provincias, han cumplido el sagrado deber del
internacionalismo en diversos países.
ORGULLO DE SER TANQUISTA
Pertenecer a esta Gran Unidad desde sus inicios "es un gran
orgullo" para el teniente coronel José Griffint Catá, oficial
radioelectrónico de armamento. Afirma que "un tanquista debe ser
ante todo disciplinado, tener sentido de pertenencia de su tanque y
de su técnica, ser inteligente, fuerte, honesto, buen compañero".
Para
la camagüeyana Lorente Cabrera Porto, soldado del Servicio Militar
Voluntario Femenino, es importante prepararse en tiempo de paz para
establecer las comunicaciones bajo cualquier condición, donde y
cuando la Patria lo necesite.
Subraya que el relevo está asegurado; "ahí están las nuevas
promociones de especialistas, preparados para mantener firme la
Revolución".
Y no le falta razón. Fruto de la superación es el mayor Juan José
Silva, para quien "esta Unidad ha sido una gran escuela". También lo
es para la joven camagüeyana Lorente Cabrera Porto, soldado del
Servicio Militar Voluntario Femenino, comunicadora operadora
telemática, quien subraya la importancia de "prepararse en tiempo de
paz para establecer las comunicaciones bajo cualquier condición,
donde y cuando la Patria lo necesite".
Igual disposición mostraron el santiaguero Reynier Cruzata y el
granmense Eduardo Machín. A estos soldados los sorprendimos mientras
practicaban conducción de tanques y BMP en un complejo de
modernísimos simuladores computarizados donde, además, los jóvenes
adquieren habilidades en tiro en las ya mencionadas modalidades de
equipos blindados y también de infantería.
Oficiales, sargentos, soldados y trabajadores civiles que a lo
largo de estos 45 años han pasado por esta Gran Unidad, también han
sido protagonistas de otras importantes misiones desarrolladas junto
al pueblo, entre ellas, labores de construcción y producción de
alimentos. |