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Más allá de su belleza
Armando Sáez Chávez
CIENFUEGOS.— Resulta inconcebible imaginar el paisaje cubano sin
las palmeras, en especial la esbelta y siempre enhiesta palma real,
devenida símbolo de nuestra nacionalidad. Al estudio de la familia
de estos vegetales monocotiledóneos le ha dedicado más de veinte
años Milián Rodríguez Lima, un ferviente aficionado a la Botánica.
"Estas plantas —precisa Milián— se caracterizan por tener un
tallo recto, sin ramas y coronado por un penacho de hojas grandes.
Son consideradas la tercera familia en importancia de utilidad para
el hombre, tanto desde el punto de vista ornamental, como
alimenticio (el coco y el palmiche) y el uso artesanal de la madera
y las pencas".
Milián
ha dedicado más de veinte años al estudio de las palmeras.
Los campesinos cubanos, sobre todo en la etapa anterior al
triunfo de la Revolución, utilizaban diferentes variedades de palmas
para usar el guano en la cobija y las tablas en las paredes de los
bohíos o construcciones igualmente humildes.
En el mundo existen 2 800 especies reconocidas, en Cuba tenemos
90 de ellas. Un trabajo investigativo de Milián —en fase de
terminación para su edición impresa— de conjunto con Duani Suárez
Oropesa, especialista del Jardín Botánico de Cienfuegos, resume un
estudio integral taxonómico, fitogeográfico, edafoclimático y de
asociaciones vegetativas de algunas variedades presentes en la
región occidental y central de Cuba.
Según esta pesquisa científica, la Cocoothrinax crinita sp
brevicrinis, es exclusiva del territorio sureño y se localizan
unos 200 ejemplares en el valle de Yaguanabo. Además, en el noroeste
del municipio de Rodas está la mayor y mejor conservada población de
Copernicia macroglossa de todo el país, considerada por los
botánicos una planta completamente estrafalaria por la peculiar
forma de su penacho.
Ejemplar
de Cocoothrina crinitax sp brevicrinis, exclusiva de la región de
Cienfuegos, en peligro de extinción.
En varios puntos del litoral cienfueguero, a pocos metros del
mar, puede localizarse lo que presumiblemente sea la mayor colonia
de Copernicia brittonorum en el mundo, una especie en peligro
de extinción.
A la interrogante sobre las especies que más abundan en Cuba,
Rodríguez Lima no vacila en apuntar a la Roystonea regia,
nuestra cubanísima palma real, presente en todas las regiones del
archipiélago. Pero también resulta notable el número de cocoteros y
la palma cana (Sabal marítima).
Esta investigación ha permitido que se desarrollen, entre otras
acciones, la elaboración de una metodología práctica para la
reproducción, cultivo y conservación de nuestra palma real, pero,
además, enriquecida desde el punto de vista agrotécnico y
fitosanitario.
En estos momentos, en la provincia de Cienfuegos se fomentan 28
viveros de palma real, en tanto en el país se encuentran listos los
canteros en ocho unidades para desarrollar posturas de especies en
peligro de extinción.
Se logró realizar un catálogo en el cual se detalla la
clasificación taxonómica, descripción, localización georeferenciada
con mapas digitalizados, usos ennobotánicos y su categoría según la
lista roja de la flora vascular cubana.
Gracias al trabajo conjunto con instituciones científicas está en
marcha, además, un programa dirigido a mitigar el proceso de
deterioro de algunas especies en peligro de desaparición natural en
la provincia de Cienfuegos y otras zonas de Cuba.
Según el grupo de especialistas, existen proyectos conjuntos con
el servicio estatal en acciones legales para la conservación en
cuatro zonas debido a la diversidad y vulnerabilidad a la que están
expuestas. Hay logros en la capacitación a varios actores locales
(sobre todo a campesinos) acerca de la reproducción y manejo de
especies enmarcadas en su radio de acción.
Estudios como el de Milián, demuestran que este segmento del
reino vegetal no ha sido lo suficientemente investigado, aun cuando
existen atractivos como la ruptura de las leyes de hibridación,
entre especies y géneros, encontrándose incluso cruzamientos
intragenéricos, características que de estudiarse con profundidad
permitirían un dominio mayor de sus particularidades para aprovechar
mucho más las bondades de las palmeras cubanas en beneficio de la
ciencia y también de la sociedad.
Entre las especies endémicas locales más
restringidas desde Pinar del Río a Camagüey se encuentran:
—Cocoothrina borhidiana, en Punta Guano,
Matanzas
—Hermithrinax eckmaniana, en los mogotes de
Jumagua, Sagua la Grande, Villa Clara
—Cocoothrinax trinitense, estribaciones del
macizo de Guamuhaya, Trinidad, Sancti Espíritus
—Copernicia fallaensis, Laguna de la Leche,
Morón; y Finca Juan Roig, Baraguá, ambas en Ciego de Ávila
—Copernicia cowelli, Mina, Camagüey |
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