|
Gibara sigue produciendo frijoles
Cada tonelada de frijol que se compra en el
exterior cuesta 868 dólares. Una parte garantizará en ese municipio
el grano de la canasta básica desde mayo a diciembre, lo que
constituye una respuesta concreta a la sustitución de importaciones
GERMÁN VELOZ PLACENCIA
GIBARA, Holguín.— El autoabastecimiento de frijol, en lo
concerniente a la canasta básica, ya es una realidad en este
municipio, al menos de forma experimental para los ocho meses que
restan del año. Esto se debe a los esfuerzos productivos de
entidades agrícolas estatales y del sector privado, así como a la
firme decisión de las autoridades locales de desarrollar proyectos,
capaces de reducir la importación de alimentos.
Los
resultados de la actual campaña confirman la sostenibilidad del
autoabastecimiento del municipio.
Según Raúl García Muñoz, subdirector comercial del
Establecimiento Municipal de Acopio, a finales de marzo los
productores habían vendido 426,3 toneladas del grano (negro y
colorado), de las cuales 168,8 resultan suficientes para asegurar la
distribución durante los ocho meses restantes de este año a los más
de 73 000 consumidores registrados en el territorio.
La cantidad acopiada permite garantizar igualmente el consumo
social, ya que las entidades incluidas aquí en esa categoría
(escuelas, hospitales, círculos infantiles, etc.), de acuerdo con
las normas de distribución establecidas, necesitan cerca de 98
toneladas, aunque esto quedará para otra etapa. Ahora la decisión es
que recibirán chícharo.
"El instante más complejo del acopio —explicó Raúl—, se produjo
en febrero, cuando llegamos a acumular 253,4 toneladas en el único
almacén disponible, porque los otros cinco están sin reparar desde
que el huracán Ike los afectó severamente".
La
cosecha está a punto de culminar. Hoy existe la semilla necesaria
para asegurar las próximas siembras.
El grano, aunque recibió el tratamiento fitosanitario
reglamentado, compartió espacio con viandas, frutas y otros
productos que allí se almacenan temporalmente hasta llegar a la red
de venta a la población.
Víctor Sánchez López, director general de la Empresa Mayorista
Provincial de Alimentos, señaló que las autoridades políticas y
gubernamentales, así como los directivos de Acopio y Comercio en la
provincia y el municipio insistieron, desde el primer momento, en
poner en práctica la experiencia del autoabastecimiento lo más
rápido posible, dadas las ventajas que ofrece al eliminar los
traslados de mercancías entre territorios y reducir
considerablemente los gastos en fuerza de trabajo, combustibles,
neumáticos y otros recursos.
Sin embargo, la toma de decisión para autorizar al municipio el
consumo directo del frijol cosechado, lo cual fue de competencia
nacional, transcurrió con extrema cautela. Víctor Sánchez explicó
que, de acuerdo con lo orientado por la Unión a la que se subordina,
la prioridad era adquirir las 400 toneladas pactadas con Acopio para
asegurar la distribución centralizada a nivel del país.
El caso revela, entre otras cosas, que los ministerios u
organismos nacionales en general, aún no reaccionan con el estilo
dinámico y creativo indispensable para suprimir esquemas no
funcionales y otras trabas hoy padecidos en el proceso de producción
y distribución de alimentos.
Yosvani Pupo Otero, director provincial de Comercio, anunció el
inicio de la entrega del frijol a las 120 bodegas del municipio de
Gibara, acción que se realiza en correspondencia con la capacidad de
cada establecimiento. Al recordar que lo entregado es para vender en
mayo, puntualizó que en el municipio se aplican las medidas
organizativas necesarias, a la vez que la población es ampliamente
informada al respecto.
DE LA FACTIBILIDAD
"Un estudio acerca de la factibilidad de sustituir la entrega del
frijol del balance nacional por el producido en el municipio de
Gibara, demostró lo beneficioso de hacerlo, al tener en cuenta la
tradición histórica del cultivo, principalmente en la zona de
Velasco", reveló Idania Ricardo Leal, vicepresidenta del Consejo de
Administración Provincial para los programas de la economía.
Los datos no mienten. La evaluación de la última década mostró
que la producción acopiada estuvo por debajo de las 300 toneladas
durante el 2001, 2002 y 2006, mientras que el resto de los años se
situó por encima de las 500.
En la etapa, los momentos más felices de las cosechas fueron
reportados en el 2000 y el 2005, al rebasar las 900 toneladas, sobre
todo en el último de esos años, al aproximarse a las 1 000.
El estudio concluyó que al garantizar el territorio las 33,3
toneladas que necesita por mes para sus más de 73 000 beneficiados
con la canasta básica, así como para los comensales de escuelas,
hospitales y otros centros sociales, en igual periodo de tiempo se
le ahorran al país grandes sumas de dinero por concepto de
importaciones del grano.
La actual campaña frijolera, cuyo fin oficial está programado
para el cierre de este mes, confirma la sostenibilidad del
autoabastecimiento del municipio, considerado hoy un experimento.
Según Melchor Fournier Iglesias, director en funciones de la
Empresa de Cultivos Varios y Acopio José Ávila Serrano, al terminar
marzo la cosecha ya reportaba 944,39 toneladas, que fueron
destinadas fundamentalmente al consumo de la población, la Empresa
de Semillas y la de Frutas Selectas, cuidando además de garantizar
una porción con la cual puedan asegurarse las próximas siembras.
Cierto que la contienda del 2009-2010 merece un análisis
detallado de sus virtudes y vulnerabilidades. No obstante, el
ejemplo de Gibara habla del empeño de este territorio por no
abandonar el camino que lo llevará a recuperar su prestigio como
productor de frijol.
También pone sobre el tapete la seriedad con que se mira al
incremento de los niveles de producción de alimentos en Holguín,
donde cobran vida paulatinamente varios proyectos locales para
sustituir importaciones: el de los granos es uno de ellos. |