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Esquivan agresión a Iraq en campaña electoral británica

Los principales partidos políticos de Reino Unido esquivan este miércoles a toda costa el tema sobre la responsabilidad británica en la invasión a Iraq en marzo de 2003, junto a Estados Unidos, omitida en las campañas electorales, reporta Prensa Latina.

Laboristas y conservadores quieren hacer ver que el apoyo brindado por Londres a la guerra contra Iraq es cuestión del pasado y no debería ser un problema para los políticos británicos de hoy, según advierte un análisis del periódico The Guardian.

Al ser preguntado sobre el asunto en un debate televisivo el representante del gobernante partido Laborista Neil Kinnock, evadió una respuesta clara al opinar que no pueden encadenarse hechos del pasado con la situación actual en ese país árabe, donde persisten el conflicto bélico, la ocupación extranjera y una grave crisis humanitaria.

La participación del ejército británico y la decisión del entonces primer ministro laborista Tony Blair de arrastrar a Reino Unido a esa guerra planificada por Estados Unidos han sido el centro de un amplio debate político, iniciado a fines de 2009 por una comisión especial.

Mientras Blair insistió en la legalidad de esa agresión, pese a que engañó al Parlamento y a la opinión pública nacional, el ahora primer ministro Gordon Brown intentó minimizar su responsabilidad en las decisiones como otrora ministro de Finanzas.

La comisión presidida por John Chilcot decidió hacer pública las conclusiones de la investigación en torno a Iraq después de las elecciones legislativas del 6 de mayo, para evitar un deterioro mayor de la imagen de los laboristas, previo a la cita en las urnas.

Un análisis crítico de la prensa británica deplora la ausencia en los manifiestos programáticos de los partidos sobre el apoyo de Reino Unido a la invasión anglo-estadounidense, cuando se considera una de las decisiones de mayor peso en la política exterior de ese país en la última década.

Nos ha costado más de ocho mil millones de libras esterlinas (poco más de nueve mil millones de euros) y la sangre de más de 500 soldados muertos y heridos; sin embargo, sus lecciones parecen limitarse solo a la investigación y a los intentos a medias para detener a Blair, sostiene el artículo de The Guardian.

Según este diario, Reino Unido comparte la responsabilidad por la situación en el nuevo Iraq , por lo que la cuestión no puede ni debe ser disociada del presente y del futuro de la política británica.

 

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