Pese a que las fanfarrias le anteceden como a grandes logros, los
resultados de la cumbre de seguridad nuclear convocada por el
presidente estadounidense, Barack Obama, sólo mueven al
escepticismo, reflejan expertos canadienses, reporta Prensa Latina.
El ex congresista Douglas Roche, un veterano del movimiento del
desarme en Canadá, aseguró que el mundo continuará bajo la amenaza
de un desastre nuclear, porque las potencias con armas y centrales
atómicas mantendrán vivo el riesgo.
Por su parte, el diario Toronto Star, al hacerse eco de las
dudas, se cuestiona si en verdad las 47 delegaciones presentes en la
reunión de alto nivel se fueron convencidas de que lograrán mantener
a resguardo las reservas de uranio enriquecido y plutonio.
Pekka Sinervo, especialista del Instituto Canadiense de
Investigaciones Avanzadas, explica que resulta demasiado ambicioso
el plan trazado en Washington, debido a la cantidad de material
radioactivo que deberá ser asegurado en sólo cuatro años.
Su colega John Polanyi, Premio Nobel de Química y profesor de la
Universidad de Toronto, se manifestó sorprendido por el plazo poco
realista que se trazó en la cumbre para alejar las reservas
nucleares del robo, el comercio ilegal, y su uso para fines
terroristas.
La Cumbre de Washington concluyó la víspera con un compromiso de
los asistentes a asegurar el material vulnerable en el próximo
cuatrienio, y trabajar para que la información y tecnología para
construir una bomba de ese tipo sea exclusiva de los gobiernos.