Al menos 35 presuntos insurgentes islámicos y dos soldados del
Ejército paquistaní murieron este lunes en nuevos enfrentamientos en
la región tribal de Orakzai, en el noroeste del país.
El administrador del gobierno regional Samiullah Khan dijo a la
cadena de televisión DawnNews que esta madrugada los rebeldes
atacaron con armas pesadas y cohetes sendos puntos de control en las
aldeas de Shireen Dara y Sangrana.
Fuentes de inteligencia citadas por la televisora aseguraron
haber encontrado 15 cadáveres pertenecientes a los insurgentes
islámicos, y que otros 20 cuerpos fueron retirados por los
atacantes.
Además de las dos bajas mortales, las tropas gubernamentales
sufrieron tres heridos.
El área tribal de Orakzai, fronteriza con Afganistán, es el
centro de una nueva ofensiva lanzada por el Ejército paquistaní
contra las diferentes facciones rebeldes agrupadas en el Tehrik-e-Taliban
Pakistan (TTP).
Desde el inicio de las operaciones en marzo pasado, más de 300
insurgentes han sido eliminados, según reportes del alto mando
militar, única fuente de información sobre lo que acontece en la
convulsa región.
Al TTP se le vincula con el movimiento Talibán afgano y la red Al
Qaeda, y se le responsabiliza con la mayoría de los atentados con
bomba y ataques suicidas que han dejado varios centenares de muertos
en el país islámico en los últimos meses.
La versión oficial es que sus miembros se han concentrado ahora
en Orakzai, tras ser desplazados de su antiguo bastión de Waziristán
del Sur por una ofensiva similar lanzada por el Ejército en octubre
pasado.