La reforma al sistema de salud del presidente estadounidense,
Barack Obama, excluye de forma explícita a casi siete millones de
personas por ser inmigrantes indocumentados, revelan este lunes
cifras oficiales, reporta Prensa Latina.
La Oficina Presupuestaria del Congreso estimó también que los
emigrantes ilegales no serán los únicos que quedarán sin seguro.
Se calcula que unos 16 millones de norteamericanos seguirán fuera
del sistema de atención médica, incluso después de que el acceso se
amplíe en los próximos años.
Según el diario La Opinión, el punto de si ampliar la cobertura a
los individuos que carecen de papeles legales fue tan controvertido
políticamente que la legislación aprobada le impide adquirir un
seguro médico en los grupos de compra.
Aunque no existe ninguna forma infalible de verificar la
documentación de esas personas y mantenerlas fuera del sistema,
señaló Yeh Ling-Ling, director ejecutivo de la Alianza para Estados
Unidos Sostenible.
Las clínicas que cumplen con los requisitos federales recibirán
un importante estímulo de financiamiento a través del paquete de la
reforma de la salud, añade el medio de prensa.
Se deduce que obtendrán 11 mil millones de dólares en nuevos
fondos en el próximo lustro, lo que les permitirá duplicar la
cantidad de pacientes que atienden, de 20 millones al año
actualmente a 40 millones para el 2015.
Sin embargo, Paula Medrano y su hija dos de los siete millones de
excluidos, que además viven por debajo del nivel de pobreza federal,
no le dieron mucha importancia a la nueva ley, porque será algo muy
bueno, para otros, pero no es para nosotras.
El jefe de la Casa Blanca convirtió en ordenanza su iniciativa
sanitaria el pasado 23 de marzo, pero se abstuvo de mencionar a los
millones que quedaron fuera de los posibles beneficios de la medida.
De acuerdo a los analistas, tampoco se refirió a que los grandes
ganadores serán las compañías aseguradoras, las que después de
sancionada la legislación vieron cómo se dispararon las cotizaciones
en Wall Street.
En esos casos están United Health Group, Aetna y Well Point, que
ahora reciben más de 30 millones de clientes amparados por dinero
federal.