La VII edición del festival Piña Colada, que concluyó este lunes
en la ciudad de Ciego de Ávila, ratificó su poder de convocatoria
entre pobladores de todas las edades y su valía como promotor de la
cultura cubana.
El evento reunió en esta ocasión a más de 600 artistas entre
profesionales y aficionados, representativos de casi todas las
provincias del país y estuvo dedicado a las tradiciones de la Isla,
reporta la AIN.
La convergencia en diferentes escenarios de la ciudad de
trovadores, cultivadores del danzón, el rock, la salsa y la música
campesina o la danza propició la asistencia masiva y el disfrute del
amplio espectro de la cultura nacional.
Arnaldo Rodríguez, del comité organizador del encuentro,
reconoció el interés de agrupaciones e intérpretes por sumarse a la
cita, que muestra la mezcla de ritmos y tendencias de la música y
contribuye al sano esparcimiento de la población.
El director de la agrupación Talismán, destacó que el evento es
ejemplo de la ética de los artistas nacionales, ajenos a fines
mercantilistas, pues los que acuden lo hacen de forma gratuita,
entre ellos colectivos de prestigio internacional.
Luis Venegas, subdirector de Cultura en el territorio, precisó
que este año se habilitaron más áreas para las actuaciones y se
incluyeron extensiones a dos municipios en correspondencia con la
cantidad de participantes.
Entre los que amenizaron las jornadas estuvieron La Charanga
Habanera, Acento Latino, Arnaldo y su Talismán, Tendencia, Son del
Puerto, Caidige, Maraguán, grupo de teatro Andariega, Sabor Criollo,
Opsi, Telón Abierto, XX aniversario, Magnun y Clhover, entre otros.
El festival sobresalió igualmente por la profundidad de los
debates teóricos en torno a las tradiciones culinarias y el Atlas
Etnográfico de Cuba, que reunieron a especialistas de todo el país.