Temas beisboleros

Pitcheo… ¿cuál es el futuro?

SIGFREDO BARROS
sigfredo.bs@granma.cip.cu

Más de un equipo con calidad en el terreno estuvo impedido de acceder a la postemporada. Ya inmersos en los play off, más de uno tratando de "estirar" al máximo a sus dos o tres abridores, ante la inseguridad de que quienes permanecen en el bulpen puedan cumplir la tarea de dominar a los rivales.

Foto: Ricardo López HeviaEl avileño Vladimir García, un lanzador cuya buena mecánica le permite tirar a más de 95 millas.

Ese ha sido el panorama del pitcheo a lo largo de toda la XLIX Serie Nacional. No solo los especialistas opinamos así: múltiples llamadas telefónicas y correos llegados a nuestra redacción dan fe de la preocupación de buena parte de la afición ante el estado actual de nuestros lanzadores, preocupación que me atrevo a extender un poco más allá, de cara al futuro.

En una ocasión escuché a un supuesto entendido en la materia achacándole a la reglamentación de pitcheo la culpa de que los equipos afronten dificultades con sus respectivos cuerpos de serpentineros. Si bien es cierto que la nuestra es la única liga en el mundo con semejante disposición, no lo es menos que se hizo necesaria ante el uso indiscriminado de los lanzadores de mayor calidad. Y es bien sabido que los brazos no son de hierro.

Aun así, la lista de pitchers lesionados, muchos de ellos sin haber cumplido 30 años, es larga.

Se habla de escuelas para trabajar con los jóvenes, idea que no es nueva y que ha sido puesta en práctica en más de una ocasión, para ser olvidada más adelante. Valdría la pena preguntarnos por qué la técnica de esta difícil posición no se trabaja en todas las áreas deportivas del país desde edades más tempranas posibles.

Nos sobran monticulistas con deficiencias en su mecánica —la pierna de ataque insuficientemente flexionada, sin utilizar la tabla de lanzar en toda su longitud y empleando solo una esquina, sin pleno dominio del agarre en los rompimientos, el paso muy corto, el impulso insuficiente—, defectos que resultan casi insuperables cuando se llega a la Serie Nacional.

Sin haber pretendido abordar el tema en toda su plenitud, necesitamos hacer hincapié en el importantísimo aspecto táctico. No existe pitcher bueno sin pensamiento profundo, dijo en una ocasión un maestro de esa posición, el derecho Tom Seaver. Repetir lanzamientos, tratar de "pasar" a un bateador con recta al medio en conteo de dos strikes sin bolas, son, entre otros, defectos que vemos día a día en los partidos de nuestro clásico. Tampoco faltan quienes, después de poner al bateador en dos strikes, pierden la concentración, comienzan a regalar bolas, para finalmente venir con un envío noble por el centro de home. El saber cuidar a los hombres en bases y realizar las asistencias cuando se producen conexiones hacia los jardines, igualmente son elementos indispensables para cualquier tirador que aspire al éxito.

No soy pesimista a la hora de mirar hacia el futuro. Hay muchos Joan Socarrás y Freddy Asiel Álvarez en potencia. Pero es hora de interiorizar estos problemas —y otros muchos, imposibles de reflejar en este espacio—, si queremos que nuestro béisbol, esa pasión de todo cubano, aumente sustancialmente su calidad.

 

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