Informes sobre el destino de los detenidos han puesto de 
			manifiesto el abuso sistemático y el abandono de los inmigrantes a 
			la custodia del gobierno federal. Hay mujeres víctimas de violación 
			a quienes se les negaron los servicios de aborto durante su 
			detención. Las embarazadas han permanecido encadenadas mientras dan 
			a luz, y los bebés que todavía están siendo amamantados les son 
			arrebatados a sus madres. 
			En un lapso de cinco años, más de 100 inmigrantes detenidos han 
			muerto bajo la custodia de ICE. Estas muertes salieron a la luz a 
			partir de unas investigaciones periodísticas y de la organización 
			American Civil Liberties Union. Un ecuatoriano víctima de 
			negligencia murió después de ser transferido de una cárcel de Rikers 
			Island en Nueva York a las autoridades de inmigración. 
			Con demasiada frecuencia, los detenidos desaparecen en algunas de 
			las divisiones subrepticias de ICE que no aparecen en los registros 
			públicos y que no están identificadas claramente, según reveló un 
			estudio de La Nación. "La capacidad de acceder al mundo exterior es 
			una salvaguardia esencial en contra de la detención arbitraria", 
			afirma Amnistía Internacional. 
			Los inmigrantes detenidos no tienen derecho a representación 
			legal. Tienen que defender su caso a través de una maraña de 
			obstáculos, como depender de organizaciones sin fines de lucro que 
			no pueden aceptar llamadas con cargos, malas traducciones o 
			interpretaciones, y desconocimientos sobre sus derechos. 
			El sistema socava sus escasas posibilidades a un juicio 
			imparcial. El Instituto Warren describe los defectos del proceso 
			federal de detención de inmigrantes, como por ejemplo jueces 
			sobrecargados de trabajo y juicios en masa. 
			Las condiciones vergonzosas de detención van en contra de los 
			derechos humanos, incluido el derecho de los detenidos a acceder a 
			servicios médicos y abogados, y el derecho a no ser detenido por más 
			tiempo del que el gobierno pueda justificar.
			Bajo la administración de Obama, el gobierno federal pasó la 
			moción de revisar las políticas en torno a la atención médica y la 
			supervisión. El año pasado, ICE anunció cambios para mejorar las 
			condiciones de detención y seguidamente se hizo una muy necesitada 
			revisión interna de las prácticas de detención. 
			Pero lo que permanece igual es que estas políticas sobre los 
			servicios de salud y la supervisión, no son legalmente vinculantes y 
			por lo tanto, no son imputables. 
			Pero, ¿quiénes son los responsables de esta conducta criminal y 
			negligente? Una empresa privada contratada para hacerse cargo de los 
			inmigrantes detenidos y en cuyas instalaciones ha habido muertes por 
			causa de negligencia, sigue operando centros de detención. 
			El que nadie se haga responsable es inaceptable. El estándar debe 
			incluir políticas humanitarias de detención, representación legal 
			adecuada y castigos fuertes para aquellos que no respetan los 
			derechos de los inmigrantes. 
			Sin embargo, la nación debe ir más allá. No podemos permitir que 
			ICE convierta la detención en un negocio. (Tomado del Diario La 
			Prensa, de Nueva York).