El trovador Silvio Rodríguez afirmó tener "muchas más razones
para creer en la Revolución que para creer a sus detractores", al
presentar ayer en la Casa de las Américas su más reciente álbum,
Segunda cita.
De tal manera el cantautor tomó partido ante la campaña mediática
que por estos días insiste en demonizar a la Revolución cubana, a
cuyo medio siglo de existencia dedicó la realización de un fonograma
que también evoca las huellas de Edgar Allan Poe y Charles Darwin.
Segunda cita (Ojalá Producciones) da continuidad de algún
modo a un trabajo anterior, Cita con ángeles. Aquel disco
contenía canciones escritas bajo los efectos de la agresión
norteamericana contra Iraq; este de ahora pone su acento en temas
vinculados con la realidad doméstica.
Para Silvio se trata de una realidad compleja, preñada de
desafíos, en un país atenazado por el bloqueo de Estados Unidos,
"que debe terminar ya", hostigado por "lo que hemos querido ser y
por el tratamiento que se la ha dado a lo que hemos querido ser",
pero también abocado a "repensar conceptos e instituciones". "Vamos
a ser mucho más grandes y mejores", vaticinó, en la medida en que
"enfrentemos sin miedo" ese proceso.
Al abundar sobre el disco, el trovador confesó que la presencia
del pianista Roberto Julio Carcassés, el bajista Feliciano Arango y
el baterista Oliver Valdés obedeció a su intención de trabajar con
la base de un trío de jazz.
Entre los asistentes a la presentación estuvieron Abel Prieto,
miembro del Buró Político y ministro de Cultura, y Roberto Fernández
Retamar, presidente de la Casa de las Américas.