El terremoto del 12 de enero pasado golpeó duramente a Haití, que
contabilizó entre los muertos a 73 médicos o enfermeras, según
revela el sitio digital Haiti Press Network, reporta Prensa Latina.
El movimiento telúrico mató a 220 mil personas, hirió a 300 mil y
dejó a más de un millón de damnificados, además de afectar la
endeble infraestructura médica de la nación más pobre del Caribe.
Al mismo tiempo, 30 de los 62 hospitales con los cuales contaba
la nación recibieron daños severos o colapsaron.
Más de 500 estudiantes de medicina no están en condiciones de
continuar sus carreras, anunció al referido portal el doctor Timothy
Gabriel, Director General del Departamento de Salud Pública.
Para Gabriel, Haití necesita, con urgencia y antes de construir
edificios provisionales o prefabricados, formar centros de medicina
de emergencia y ayudar a los estudiantes a continuar sus carreras,
además de apoyar psicológicamente a muchos de los ciudadanos con
traumas por el sismo.
La población haitiana se acerca a los 10 millones de habitantes,
pero el país sólo cuenta con dos médicos y menos de dos enfermeras
por cada 10 mil personas, una cifra muy lejana de los indicadores de
otras naciones del área.
Para colmo de males, buena parte de los cerca de 300 galenos que
se gradúan cada año abandonan su país para ir a ejercer a lugares
donde los salarios son mucho más altos.
Antes del sismo, las principales causas de mortalidad infantil en
Haití eran las enfermedades diarreicas, las infecciones
respiratorias agudas y la malnutrición, una situación que no ha
cambiado desde enero a la fecha.
Desde 1998, poco después del paso del huracán George, se
encuentra en Haití una brigada médica cubana, cuyo número aumentó
considerablemente tras el movimiento telúrico.
Los galenos cubanos, quienes trabajan muchas veces en situaciones
de campaña, fueron los primeros en atender a los heridos por el
terremoto en esta capital y dos meses y medio después aún permanecen
en sus sitios, donde consultan a cientos de haitianos cada día.