MUNICH.— La primera jornada del Festival de Música y Danza
Cubanas Cubamemucho, que mantiene en vilo a una buena parte de esta
ciudad alemana en un largo fin de semana, tuvo un protagonista
rutilante: Los Muñequitos de Matanzas.
Abarrotado hasta lo permisible, el Park Club, una amplia taberna
con capacidad para 400 personas, desbordó sus límites ante la
entrega de los célebres rumberos matanceros, quienes por hora y
media pusieron fuego, mística y corazón a sus interpretaciones.
La tropa liderada por Diosdado Ramos recorrió una gama de cantos
rituales de origen yoruba y congo como preludio de una sesión
rumbera que trazó un muy completo abanico de las claves de la rumba.
El público apreció la combinación de veteranía y juventud en la
primera línea de las voces y la incombustible pegada de los
percusionistas, con el repique del quinto a cargo de Freddy Alfonso,
quien mantiene en alto el recuerdo de su padre, el quintero mayor
Jesús Alfonso, recientemente desaparecido.
En el baile hubo más de un momento de explosión; la encarnación
de los orishas por los hermanos Bárbaro y Vivian Ramos y el hijo de
esta, David, que desde niño, una década atrás, pertenece a la
escuadra de los Muñequitos, y el señorío y la elegancia en los pasos
del yambú en los pies y los gestos de Diosdado y Ana Pérez.
A este cronista llamó la atención la composición del auditorio:
norteamericanos, rusos, italianos, irlandeses, polacos, franceses,
dominicanos y por supuesto, alemanes; los extranjeros en viaje
exclusivo para asistir a Cubamemucho, donde además de Los
Muñequitos, están Los Van Van, Maykel Blanco y Salsa Mayor, y Havana
de Primera.