Las Tunas.— A muchos parecerá extraño, pero lo "entrevistaré" después de publicados estos fragmentos de "entrevistas" que alguna vez él concedió y acaso se quedaron posados sobre el tiempo.

Ahora es mejor así, sobre todo porque Róger Enrique Mastrapa quiso esquivar modestamente el diálogo y dirigir la atención "hacia otros compañeros con más vivencias en la base"... ¡Cómo si él no hubiera iniciado, con apenas 13 años, una experiencia que lo llevó de forma gradual y ascendente desde el cargo de Vocal, en un CDR rural, hasta integrar el secretariado a instancia nacional!

Si no "récord", sus 32 años en el trabajo de los Comité de Defensa de la Revolución sientan un periodo nada fácil de igualar. Por ello —y porque las provincias orientales, y Cuba, no perdonarían tal silencio— hoy Granma le devela confesiones que el propio entrevistado no ha querido exaltar nunca.

Sucedió hace algunos años. Ante la pregunta, Mastrapa dijo: "Los CDR son obra genial de la capacidad visionaria e infinita de Fidel; uno de sus numerosos aportes al marxismo-Leninismo".

Y añadió: "¿Acaso se puede escribir sin los CDR la historia de la Revolución? Imposible; ahí están Girón, la lucha contra bandidos, la Crisis de Octubre, la alfabetización, campañas de vacunación, leyes de reforma agraria y urbana, donaciones de sangre, solidaridad, internacionalismo, trabajo voluntario, vigilancia, marchas del pueblo combatiente, inserción en la defensa¼ porque han sido, son y serán un instrumento autóctono e insustituible del barrio".

"Los CDR tienen su idiosincrasia —opina—; no impongas patrones ni esquemas: convoca, habla, persuade, moviliza¼ ¿Lo principal para un cuadro no es que su estructura funcione? Usa entonces el estilo de Fidel, Raúl, Almeida y el Che: vínculo constante con el pueblo, escucharlo, confiar en él, motivar, estimular, exigir, no mentir ni usar jamás la demagogia o el efectivismo. Y algo básico: encabeza toda acción con el ejemplo personal.

"Por eso donde hay inercia cederista no podemos buscar las causas en los vecinos, sino "en los cuadros y en los métodos que aplican".

Asociados a este hombre estuvieron el origen o el rápido empuje de experiencias extendidas por toda Cuba: planes de la calle —sana nostalgia hoy para padres y abuelos—, las patrullas montadas, destacamentos mirando almar, campeonatos de dominó, arraigo de la Caldosa de Kiki y Marina, aporte familiar al autoabastecimiento —cuarto escalón—, apoyo a la reforestación masiva y popular —Plan Manatí—, y muchas otras.

"Es cierto, algunos me atribuyen esos méritos, pero yo solo he tratado de interpretar y aplicar en cada momento —con ideas y acciones—, el pensamiento de Fidel y de Raúl. Lo demás es obra de esa inmensa y laboriosa colmena que conforman los CDR y el pueblo".