En un coloquio internacional sobre daño cerebral humano se puso
de relieve en La Habana que aunque las enfermedades
cerebrovasculares son más frecuentes a medida que avanza la edad,
sobre todo después de la sexta década de vida, en los últimos años
se registra una tendencia a desplazarse hacia edades más jóvenes.
A diferencia de lo que ocurre con los adultos mayores entre los
cuales estos accidentes son consecuencia fundamentalmente de la
hipertensión arterial, la diabetes mellitus, las cardiopatías y el
colesterol alto, en las edades más jóvenes los factores de riesgo se
asocian, sobre todo, a excesos en el consumo de alcohol, la
drogadicción y el hábito de fumar, planteó el doctor Jorge Enrique
Sinclair Ávila, de Panamá.
El profesor Sinclair, quien es director de la Unidad de Cuidados
Intensivos Quirúrgicos del Complejo Hospitalario de la Caja Social y
del Hospital Punta Pacífica John Hopkins, dijo que este trastorno se
sitúa entre las primeras causas de muerte y discapacidad en el mundo
desarrollado (en Cuba ocupa la tercera), por lo que es esencial
aunar experiencias para la creación de protocolos de prevención,
manejo y seguimiento de estos enfermos.
Los términos trombosis, embolia o isquemia se utilizan cuando el
daño cerebral se debe a la obstrucción de una arteria, mientras que
derrame o hemorragia califican a la irrupción de sangre por la
ruptura de una arteria. Apoplejía, accidente cerebrovascular, ictus
o ataque cerebral se utilizan, indistintamente, para referirse a uno
u otro.
Los síntomas, que aparecen de forma repentina, se manifiestan con
dificultades para hablar, mover una parte del cuerpo, vértigos y
trastornos de conciencia.
Este coloquio forma parte de la agenda científica del II
Encuentro Internacional de Neurorrehabilitación que se clausura hoy
viernes en el Palacio de las Convenciones, paralelamente con el
Taller de Rehabilitación Ecuestre.