MATANZAS. — Aunque el problema no es exclusivo de esta provincia, animales sueltos en vías con considerable tráfico de vehículos han ocasionado aquí tragedias de gran magnitud.

Solo dos ejemplos lo confirman: en los días finales de diciembre pasado la presencia de un caballo originó la muerte de una persona y lesiones a otras, en un tramo de la Vía Blanca próximo a esta ciudad.

Otro percance de mayor envergadura tuvo lugar apenas una semana después, cuando por causa de una res suelta en la senda, tres personas perdieron la vida en la ruta de Matanzas a Varadero, a escasa distancia del Peaje, una carretera que no reúne las condiciones ideales para ostentar la condición de vía gravada.

Esta provincia ha disminuido progresivamente los accidentes del tránsito durante los últimos seis años; no obstante, hay una creciente inquietud en la población y entre los conductores por el número cada vez mayor de animales sueltos en las carreteras.

El Mayor Armando García, jefe de la Unidad Provincial de Carretera, comentó a Granma que el ganado en la vía constituye hoy un problema.

El Mayor Pedro Olano García, jefe de la Dirección Provincial de Tránsito, significó que es preciso endurecer algunas medidas y ser más sistemáticos con lo ya establecido para poner freno a esa situación.

Al parecer no son suficientes los contactos que semanalmente sostienen varios organismos responsabilizados con el tema, aunque todo indica que falta mayor seriedad por parte de quienes dirigen y controlan la tenencia del ganado, sobre todo del vacuno. Ante esa realidad se efectúan operativos para recoger y en algunos casos decomisar los animales y realizar compras forzosas, luego de haber hecho con anterioridad las actas de compromisos con los poseedores de vacunos.

Una experiencia que ha dado resultado es la utilización de cercas no tradicionales (más de 150 kilómetros) en la parte sur del territorio matancero, para evitar el paso a la Autopista Nacional de las reses que pastan en entidades estatales y de campesinos.